LA DOBLE CARA DEL PP CON GAROÑA
09/02/2017 | Jose Antonio Suso
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La pelota está en el tejado del PP. Será el gobierno de Mariano Rajoy quien adopte la decisión definitiva ahora que cuenta con el plácet del Consejo de Seguridad Nacional, un órgano por cierto controlado por los populares. El PP se ha convertido en juez y parte
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Al PP vasco le marcan el ritmo de baile desde Madrid. Una vez más, se queda en tierra de nadie adoptando una actitud esquizoide que les hace decir aquí una cosa y la contraria en Madrid. Palabras y poses, yo prefiero ceñirme a los hechos. El PP vasco se vuelve a quedar sólo en la defensa de lo indefendible
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- No debieran existir dudas sobre la clausura definitiva de garoña. Salvo que la reapertura abra el camino a la ampliación de la vida del resto de las centrales nucleares españolas más allá de los 40 años tasados. La verdad, la realidad de la central nuclear de Garoña es la obsolescencia y la inseguridad
¡Garoña, EZ! Se puede decir más alto pero no más claro. Es el posicionamiento que, de manera inalterable, ha mantenido EAJ-PNV respecto al cierre definitivo y sin condiciones de la central nuclear de Santa María de Garoña. Sin ambages, sin rodeos. ¡Garoña, NO!
La pelota está en el tejado del PP. Será el gobierno de Mariano Rajoy quien adopte la decisión definitiva ahora que cuenta con el plácet del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), el órgano que controla el funcionamiento de las instalaciones nucleares españolas. Un órgano que ha perdido su independencia. Un órgano político que viste traje de técnico. Antes de ocupar el sillón de la presidencia del CSN por decreto, que no por acuerdo, Fernando Martí Scharfhausen fue miembro del gobierno Rajoy en la pasada legislatura, la larga no la breve.
El PP se ha convertido en juez y parte. El PP decidirá si echa la persiana a una central nuclear de 1ª generación, de las más viejas del mundo, con un paupérrimo índice de generación de energía. Unas instalaciones que no están a la altura de las mínimas exigencias de seguridad. Es decir, una central nuclear amortizada dentro del periodo de 25 años para el que fue creada en 1971.
No debieran existir dudas sobre la clausura definitiva con esta argumentación. Salvo que la reapertura de Garoña abra el camino a la ampliación de la vida del resto de las centrales nucleares españolas más allá de los 40 años tasados. Garoña se puede convertir en precedente para la cacereña Almaraz, la central nuclear más potente del Estado en cuanto a generación de energía eléctrica y la siguiente en solicitar una ampliación de su vida productiva.
Así las cosas, al PP vasco le marcan el ritmo de baile desde Madrid. Una vez más, el PP vasco se queda en tierra de nadie adoptando una actitud esquizoide que les hace decir aquí una cosa y la contraria cuando llegan a Madrid. Palabras y poses, yo prefiero ceñirme a los hechos. El pasado jueves los 9 representantes del PP en el Parlamento Vasco se negaron a apoyar el texto que reclama a Rajoy el cierre definitivo y el desmantelamiento de la instalación nuclear que mantiene cerradas sus puertas desde las 23 horas del 16 de diciembre de 2012.
El PP vasco se vuelve a quedar sólo en la defensa de lo indefendible. Argumentaron su posicionamiento diciendo que este asunto era “reiterativo”. Cuanto menos frívola la argumentación si no fuera porque proviene de un grupo político que se ha convertido en adalid de querer hacer de la reiteración sinónimo de la veracidad. Y la verdad, la realidad de la central nuclear de Garoña es la obsolescencia y la inseguridad. Garoña no puede convertirse en la “tapadera” de otras centrales nucleares.