San Prudencio ha venido acompañado este año de unas gélidas temperaturas que han pasado una “devastadora” factura al viñedo de Rioja Alavesa y de Ayala.

La helada ha afectado, de forma especialmente severa, a la parte oeste del viñedo riojano-alavés que se encontraba en su primera fase de floración. En algunos casos la afección ha alcanzado al 90% del cultivo. A falta de la conclusión que ofrezcan lasdefinitivas valoraciones técnicas, que comenzaron a realizarse a principios de semana, se estima que la producción sufrirá una merma importante a final de campaña.

Desde 1999 no se había producido una situación parecida; este año, si cabe, acentuada por un adelanto de las altas temperaturas a principios de la primavera. Sólo han hecho falta unas pocas horas con el termómetro en valores negativos para echar por tierra el trabajo diario y constante de los viticultores. Esfuerzo, mimo, afán diario a pie de viñaeclipsado por los rigores de un tiempo, muchas veces, caprichoso. Cultura centenariaque hunde sus raíces en la tierra, como lo hace la cepa, para brotar hacia el exterior conformando el singular paisaje del sur de Euskadi. Sacrificio para dar a ese paisaje la forma de una botella de vino.

Es momento para la unión. Es momento para buscar soluciones y aplicar medidas. No es momento para el carroñerismo político. Sobre todo si las criticas vienen de aquellos que cuando han tenido responsabilidades de gobierno poco han hecho salvo utilizar palabras vacías para escurrir el bulto. Esos mismos que proponen activar el fondo de catástrofes (sabiendo que no es posible su aplicación, en este caso) cuando es elgobierno que presiden en Madrid quien tiene la exclusiva potestad para la declaración de zona catastrófica, si así lo consideran. Exigen propuestas que nunca desarrollaron en situaciones parecidas. Exigen ayudas que nunca implantaron. Y de paso, como quien no quiere la cosa, retoman el discurso de las bondades que ofrece el actual sistema deDenominación de Origen Rioja, que parece minimizar las heladas, cuando de eso,ahora, no toca hablar.

Con apoyo técnico, los responsables públicos de EAJ-PNV en Diputación Foral de Alava están trabajando en las medidas a adoptar para paliar los daños sufridos; están analizando las posibles medidas fiscales a establecer según requiera cada situación, incluso las ayudas puntuales a aquellas explotaciones más castigadas, y seguiránpromoviendo la contratación de seguros agrarios para esta actividad, como lo han estado haciendo, con un incremento muy importante del presupuesto para esta línea de ayudas. 

Ahora lo que importa es recuperar la producción de este cultivo, cuidar la viña para que se recupere parte de la producción, de tal manera que permita la transformación del fruto en vino con unos índices de calidad adecuados parar mantener la presencia de los caldos alaveses en los mercados y no perder la cuota ganada con el esfuerzo comercial que se ha venido realizando, especialmente en los mercados internacionales.