INCONGRUENCIAS DEL PP PARA TAPAR VERGÜENZAS

06/12/2018 | Jose Antonio Suso

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INCONGRUENCIAS DEL PP PARA TAPAR VERGÜENZAS

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Sabíamos que las elecciones autonómicas andaluzas podrían marcar el devenir futuro de la política española. Pero no tanto. El resultado electoral en aquellas tierras ha dado la campanada 29 días antes de fin de año. Ha supuesto un suculento regalo de Olentzero por anticipado para politólogos, analistas y tertulianos y otro, más agri que dulce, en forma de doble medalla para el PSOE como ganador y, a la par, perdedor de unas elecciones en las que salta a la arena del ruedo político un conocido alavés vestido con “camisa azul y la boina roja”.

Incluso el asunto me sirve como hilo conductor de este comentario semanal. La misma mañana en la que los y las andaluzas ejercían su derecho a voto, leía una entrevista a doble página del presidente del PP en Álava en la que se elevaba a titular la siguiente declaración: “Tenemos que pelear para que se deje gobernar a la lista más votada”. En un despiece de la misma entrevista se entrecomillaba otra afirmación a modo de titular: “C´s no superará al PP en Andalucía. No son de fiar”. Afirma, además, que los planteamientos del PP de Casado poco tienen que ver con el ex presidente de Nuevas Generaciones del PP, ex asesor del alcalde Alfonso Alonso y presidente de Vox, del que confiesa es un proyecto antisistema.

Preparaba el presidente de los y las populares alaveses una extraordinaria pista de aterrizaje para mostrar las incongruencias del Partido Popular. Así lo demostró desde el minuto 1 el inquilino de la calle Génova que se sumó al carro de valorar los resultados electorales andaluces por bloques ideológicos para colocarse en bando ganador. Y, sin embargo, obvió, ocultó, olvidó entrar en el terreno de la interpretación de lo propio. Una valoración que, a todas las luces, debiera haber dejado claro un más que sensible retroceso electoral de la formación política que lidera con una pérdida de 7 escaños y un 6% de los votos con respecto a las elecciones de 2015. Que en determinadas localidades donde gobierna, por poner un ejemplo Málaga capital, el PP haya quedado relegado a un tercer puesto, debe ser anecdótico. O mejor, una vergüenza a tapar.

Aún así y a pesar de las reiteradas proclamas populares “el gobierno para la lista más votada” Pablo Casado fue el primero en levantar el dedo para reclamarse ante la “cuadri” merecedor de la presidencia de la Junta de Andalucía. Que lo haga, es una incongruencia. Que se lo exija a Ciudadanos, ese partido que “no es de fiar”, es más que una incongruencia. Tiene otro nombre. Como lo tiene buscar el acceso al andaluz palacio de San Telmo empoderado por Vox. El mismo partido que quiere hacer pasar al terreno del olvido a gobiernos autonómicos y forales. El mismo que quiere castigar a vascos y a vascas eliminando el Concierto Económico. El mismo que abandera la xenofobia. El mismo que alardea de antieuropeísta. El mismo que se pasa por el arco del triunfo la igualdad en cuestión de género. El mismo….

Las incongruencias del PP circulan por una vía de sentido y destino único, como decía aquel programa televisivo, “caiga quien caiga”. En Euskadi y en Araba sabemos de eso. Los ejemplos tienen nombres y apellidos concretos: Juan José Ibarretxe y Álvaro Iturritxa como candidatos ganadores en las urnas sobre los que el PP pasó por encima sin reparar en aquello de que “gobierne la lista más votada”.