Santa Lucia, acorta la noche y alarga el día. Y con la luz del día se ha visto a las claras las intenciones de todas las formaciones políticas respecto a la aprobación de unos presupuestos institucionales que sólo tienen un beneficiario, la sociedad vasca en el caso del Gobierno Vasco, o la sociedad alavesa, en el caso de Diputación.

La fragmentación política especialmente en Diputación Foral de Alava, en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y en menor medida en el Parlamento Vasco (un solo voto necesario para la mayoría absoluta)  requiere de la suma de un tercero para sacar adelante proyectos de caldo como son los presupuestos. Y en Araba sólo la suma de los respectivos equipos de gobierno con PP o con EH Bildu ofrece el número suficiente de representantes para alcanzar la mayoría.

Desde el minuto uno y en las tres instituciones el PP se desmarcó de cualquier proceso negociador. Se ataviaron al estilo Moctezuma para airear su particular venganza por la votación de la moción de censura que sacó a Mariano Rajoy de La Moncloa, aunque lo adornan con el autogobierno. No han intentado disimular su enfado. “Les pone”, diría.

En el otro extremo, EH Bildu se mantuvo sentado en la mesa para negociar unos presupuestos que, a nivel general, son los mejores que han pasado por las instituciones en los últimos años y que, a nivel territorial, suponen una verdadera apuesta de futuro para una Alava y una Vitoria-Gasteiz en crecimiento por las cifras destinadas a inversiones, por el aumento de la capacidad de gasto, dirigido a las personas que vivimos en el territorio y en la capital.

Esta semana dos de esas instituciones han visto truncado su esfuerzo por sacar adelante unos presupuestos. Esta noche, el Gobierno Vasco. A principios de semana, una Diputación que había puesto a disposición de Araba y sus habitantes 517 millones de euros. Un presupuesto, incluso mejorado, con una propuesta que EH Bildu ha rechazado. Expuestos a una complicada justificación tras el portazo a proyectos con nombre y apellidos con la construcción de un matadero en Llanada, de un antzoki en Laudio o de un estudio de la propuesta de la residencia para mayores en Lakua así como de un nuevo reparto de fondos de financiación foral para los pueblos alaveses.

En el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz están con un pie dentro y con el otro fuera tras anunciar la presentación de una enmienda a la totalidad esta misma semana. En sus manos la responsabilidad de hacer factible la ampliación de muchos proyectos que son imprescindibles para Gasteiz y que tendrán, como es habitual, que sortear más piedras en el camino para su aprobación. Modelo “Made in Gasteiz”, o más sencillo, el modelo PP-BILDU para Gasteiz en esta legislatura. A los hechos me remito.

Todavía queda la esperanza de que pueda llegar a buen puerto la negociación presupuestaria de Vitoria- Gasteiz, pero también creo que con escasas dosis.

Espero que EH Bildu no opte por la vía fácil. La de obtener réditos particulares cuando al olfato llegan aromas electorales. Interés  electoral que parte en pedazos el interés público. El interés de alaveses y gasteiztarras.