VELOCIDAD DE DILIGENCIA PARA EL TAV
17/01/2019 | Jose Antonio Suso
Los cambios producidos en el ámbito de la movilidad han supuesto para las ciudades una auténtica revolución. Del coche, la moto o la bicicleta como sistemas de transporte urbano para particulares; hemos pasado, en relativo corto plazo de tiempo, a utilizar otro tipo de vehículos en los que se combina el uso de nuevas tecnologías y nuevas energías que permiten unos desplazamientos urbanos en clave de sostenibilidad. Incluso si eres aficionado a lo que ahora se denomina Do it Yourself, es decir, lo que toda la vida se ha llamado ser un manitas o un brico-aficinado, internet te ofrece la posibilidad del “construye tu propio coche eléctrico en menos de una hora”. Pondrías un “tabby” en tu vida.
Empieza siendo habitual en la mayor parte de las ciudades que la simple descarga de una app te permita utilizar un vehículo de consumo energético limpio (sea coche, moto, bici, …) recogiéndolo en un punto de la ciudad para dejarlo en otro una vez realizado el desplazamiento necesario.
Y en este contexto resurge el patinete como ave fénix. Esta vez en versión eléctrica con un asombroso incremento exponencial de uso que ha empezado a sugerir la necesidad de una regulación en aras a una convivencia con peatones y con el resto de elementos destinados a la movilidad. La tecnología nos ha traído nuevos modelos de patinete eléctrico y también nuevas velocidades para convertir, en ocasiones, a sus portadoras y portadores en auténticos “hombres bala” que, a buen seguro, provocarían la envidia de Martin McFly en su “regreso al futuro”.
Ni envidia ni velocidad es lo que genera la implantación del TAV en Euskadi. Según las primeras previsiones, habríamos empezado a utilizarlo hace 8 años. Los plazos se alargaron hasta 2015. La actual presidenta de la Mesa del Congreso de los Diputados, entonces ministra de Fomento del PP, Ana Pastor, los prolongó al año 2019. Su sucesor y correligionario De la Serna los postergó a 2023. Y, anteayer, el socialista delegado de gobierno en Euskadi, estiró aún más el chicle hasta el año 2025, para volver el ministro Ábalos en la tarde de ayer milagrosamente a 2023.
Las continuas demoras en la implantación del TAV por parte de los sucesivos gobiernos del Estado empiezan a sonar a tomadura de pelo. Desde Madrid, ni PP ni PSOE, cada uno en su momento de responsabilidad institucional, han puesto toda la carne en el asador para cumplir los compromisos adquiridos con Araba y con Euskadi y, así, garantizar que la nueva y necesaria infraestructura ferroviaria vea la luz.
Ha faltado y falta voluntad política clara porque esta infraestructura puede ver la luz definitivamente. Hoy se reúne en Vitoria-Gasteiz la Sociedad que se conformó hace más de diez años para llevar a cabo las obras del soterramiento. Objetivo: dar el VºBº a la propuesta que esperamos sea la definitiva para Vitoria Gasteiz, por el centro y conservando la estación de Dato. Se eliminaría la brecha que actualmente supone el ferrocarril en Gasteiz. Una oportunidad única para nuestra ciudad que debe ver la luz en los plazos previstos, sin demoras en el tiempo.
No podemos permitir que Álava, que Euskadi, se quede atrás en la puesta en marcha de un proyecto ferroviario que nos acerca a Europa, con infraestructuras de última generación. Una infraestructura estratégica que generará crecimiento económico en beneficio de los y las ciudadanas alavesas y vascas.