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VERBORREANDO

21/02/2019 | Jose Antonio Suso

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VERBORREANDO

Define la Real Academia de la Lengua “verborrea” como la abundancia de palabras en la elocución y “asechanza” como el engaño o artificio para hacer daño a alguien. La suma de ambos vocablos me lleva a pensar en la derecha española en su amplio abanico.

Me retrotraigo al último debate parlamentario en el Congreso de los Diputados. Aquel en el que la mayoría decidió rechazar el proyecto presupuestario de un Pedro Sánchez abocado a adelantar las elecciones generales tras un breve paso por la presidencia del gobierno español. Han sido 8 meses en los que la derecha española no se ha cansado de bufar contra el socialista aprovechando la situación catalana.

Asechanzas como “la venta de España”, “la traición de Sánchez”, “el golpe de Estado catalán”… han estado de manera permanente en la boca de la derecha española para zancadillear a un gobierno acusado de nacer con el apoyo, entre otros, de los votos de las y los diputados independentistas catalanes (secesionistas dicen ellos). Exactamente los mismos votos que se unieron al PP y a Ciudadanos en contra de los presupuestos haciendo Casado o Rivera, en esta ocasión, mutis por el foro ante la coincidencia.

El discurso demagógico de trazo grueso que emplea la derecha española ni es nuevo ni original. Es más, huele a viejuno. Eso sí, en los últimos tiempos hemos podido certificar la existencia de una escalada de la brutalidad verbal del PP y C´s. Es un hecho probablemente soportado por ese `quién saca más pecho´ para copar el espacio electoral que se disputan a la desesperada, en alguno de los casos más que en otros.

La convocatoria de elecciones generales está ahí para “regocijo” de los alaveses y las alavesas que el 28 de abril nos damos una vuelta por las campas de Armentia para homenajear al santo patrón. En el espacio de tiempo que resta para alcanzar esa fecha en el calendario nos volverán a sorprender con discursos carentes de profundidad y repletos de malsana intencionalidad.

Llega el momento en el que los hijos pródigos del Partido Popular, aquellos que salieron de Araba con la mirada puesta en Madrid, regresen para instalarse entre nosotros los 15 días de campaña electoral. Y después, si te he visto no me acuerdo.

Es la diferencia entre quienes trabajan por hacerse con un puesto en el sanedrín popular de la calle Génova y quienes tienen un único compromiso con estas tierras y con sus gentes. De frente, con honestidad. Sin verborreas, sin asechanzas.