MUJERES VISIBLES
05/03/2020 | Jose Antonio Suso
Itziar Mujika, Delia Lauroba, Tere Verdes y Bittori Etxebarria. Cuatro nombres de mujer sin trascendencia pública. Anónimas. Olvidadas por la Historia con “h” mayúscula. Cuatro mujeres cortadas por el mismo patrón de valor y de coraje que protagonizaron entre 1937 y 1940 un relato de espías en el que el compromiso político con su País y la solidaridad con las personas son nucleares. Las 4 dieron vida a un proyecto solidario que inicialmente sólo pretendía tener cubiertas las necesidades más básicas de los presos vascos en los primeros años de la guerra civil. El proyecto evolucionó hasta convertirse en una de las más productivas redes de información que unía las cárceles vascas con el Gobierno vasco en el exilio. Se conoció como la “Red Álava”. Sin embargo, fueron mujeres “invisibles”.
Este 8 de marzo tendremos oportunidad de visionar el documental que nos traslada la historia de estas mujeres jeltzales comprometidas. Será este domingo en Villa Suso a las 11.00 horas. Después rendiremos homenaje a las mujeres del Partido Nacionalista Vasco poniendo el dedo en aquellas que dieron un paso al frente para formalizar su afiliación a la salida de la dictadura. Eran momentos difíciles. Momentos de incertidumbre política. Momentos de convulsión social. Momentos de desigualdad tras 40 años de hacer invisibles a las mujeres salvo para convertirlas en objeto ornamental. A la vez, eran momentos ilusionantes. Una página en blanco sobre la que escribir. Y ellas cogieron el bolígrafo para suscribir un compromiso con EAJ-PNV que ha durado hasta hoy. Es tan de justicia decir que han trabajo mucho y bien como una necesidad expresar que han carecido de foco mediático.
Bajo el lema “Toda una vida de sabiduría-Bizi guztiko jakinduria” la Diputación Foral de Álava ha querido destacar la labor de la mujer en el ámbito del asociacionismo rural para conmemorar esta edición anual del Día Internacional de la Mujer. Trabajo silente pero trabajo que deja huella. Trabajo desinteresado dirigido a la comunidad. Mujeres rurales que no se amilanan ante las dificultades. Mujeres luchadoras, comprometidas con su pueblo, con su gente. Mujeres protagonistas a las que durante mucho tiempo sólo se le ha querido ofrecer un papel secundario. Aquí recuerdo a mi ama, que nos dejó hace cuatro meses y que fue un ejemplo de lo que han sido y supuesto las mujeres en nuestros pueblos.
En el inicio de la semana recordamos y denunciamos los dramáticos sucesos del 3 de Marzo que marcaron a nuestra ciudad y a las personas que los vivimos. 44 años después sigue sin cerrar el capítulo del reconocimiento y la reparación de las víctimas. Tampoco el de la justicia para cribar la responsabilidad de quienes perpetraron el caso más grave de abusos policiales en democracia. Durante las convulsas jornadas previas y posteriores a aquel fatídico día también las mujeres jugaron un papel importante en clave de solidaridad. Mujeres “invisibles” y generosas que nunca han reclamado atención pública para reivindicar la relevancia del papel que desarrollaron.
Yo sí reivindico. Reclamo la caída de ese telón que ha hecho invisibles a muchas mujeres a lo largo de este último siglo. Nuestra sociedad ha avanzado en materia económica y social, también en este terreno. Pero siguen existiendo diferencias entre hombres y mujeres. Así lo indica esa herida social que supone la violencia contra las mujeres, la mayor incidencia de la pobreza en el colectivo, los insuficientes índices de participación sociopolítica, la brecha salarial,…. Debemos superar estos déficits. Entre todos y todas.