Equiparo los estudios sociológicos electorales con una especie de juego de pistas con el que ir descubriendo el pulso de las urnas en un momento previo al democrático  ejercicio de votar.

Las últimas encuestas publicadas coincidían en varias cosas. La que ha causado mayor eco mediático ha sido la posibilidad de que VOX se sentará en el Parlamento Vasco tras obtener el último escaño por Araba, el nº 25.

La última vez que supe de Vox su candidato amenazaba con cerrar Euskaltzaindia, Emakunde y ETB. Tres en uno. Contra el euskera por marcar una identidad como pueblo. Contra la mujer como género dependiente y subordinado. Contra los medios de comunicación que no son herramienta al servicio de “su causa”. A los que tenemos una edad el discurso de Vox nos quiere sonar. A quienes vivimos la dictadura Vox nos genera prevención. A quienes somos convencidos demócratas, además, aversión. 

Vox hace “tilín” a los nostálgicos del 36. No les menospreciemos. Tienen plan y tienen estrategia. No es casual esa exuberancia en el mensaje. Cuanta más bulla, mayor eco. Cuanto más eco, más... Modelo Trump de comunicación política para el que se hace necesario portar arma con la que hacer llamamiento a una guerra ideológica sin cuartel. Intransigencia, fanatismo, intolerancia que debilita el debate político de verdad, el bueno, el que habla de lo que realmente afecta a la sociedad y a su bienestar.

Varios países europeos han valorado diferentes opciones para poner muro al avance de la radical ultraderecha. El 12J tenemos en Álava la mejor opción. A estos “antitodo” les tenemos que tapar la boca con votos. Con votos a EAJ-PNV. Generemos un cordón electoral. Auto-protejámonos. No podemos permitirnos que en el Parlamento Vasco Araba esté representada por alguien que cree que esa institución está de sobra y nuestra herramienta de generar bienestar: el autogobierno, también. Alguien que no cree en lo nuestro. Por no creer, no creen ni en la democracia. Son antisistema. 

Mañana finaliza la campaña más atípica que he vivido, tras una situación emergencia sanitaria (se impone la responsabilidad para no volver a ella) y ante una situación de emergencia económica. En estos días hemos repetido la necesidad de un Gobierno fuerte, con un liderazgo sólido del Lehendakari Urkullu y un Parlamento que aúne esfuerzo para remontar como País. En estos días hemos querido trasmitir a la sociedad alavesa que EAJ-PNV es garantía para desarrollar el plan que tiene trazado con el que reactivar la economía y generar empleo. Un plan en el que participen todas las instituciones. Un plan para poner en marcha al día siguiente de la jornada electoral.

El domino 12J tenemos una cita con la urnas. Encuestas a la baja, resultados al alza. Todos y todas a votar. 400 fueron los votos que le faltaron a EAJ-PNV para conseguir 29 escaños la pasada legislatura. 400 de entre más de 1.700.000 posibles electores y electoras vascas. Ahora, más que nunca, es necesario ir a votar. Doblegar a la abstención y animar a participar. Y si esa participación se inclina del lado de la balanza del Partido Nacionalista Vasco puedo asegurar que no habrá arrepentimiento. Votar al Lehendakari Urkullu, es dejar a este País en las mejores manos. Unas manos responsables, honestas, llenas de entrega y saber hacer.