DE PRIMERA
20/05/2021 | Jose Antonio Suso
Se ha sufrido pero se ha conseguido. Ha sido una temporada atípica. Como decía mi abuelo, sin fuste. Para los y las televidentes se ha sustituido en las gradas a la afición por espectadores de pega. Los oídos de los futbolistas se han tenido que hacer al eco de las voces de sus compañeros ubicados en el graderío. El calor y el color de la afición: un recuerdo prepandémico que florecerá, si las cosas van bien, la próxima temporada.
El bravo equipo albiazul resurgió potente otra vez en el tramo final de la liga. En Mendizorroza y a falta de un partido para concluir la temporada firmó la permanencia en la máxima categoría del futbol. Casualidades del calendario el mismo día en que se rememoraba el veinte aniversario de aquella final mítica en Dortmund. Un buen regalo para celebrar el centenario del Club.
En estos 100 años de existencia el Alavés y su afición han compartido agonía y sufrimiento en la categoría de honor y, sobre todo, en categorías inferiores. El domingo superamos la barrera de las seis temporadas consecutivas en Primera División. Mané y sus chicos colocaron al Club en la máxima categoría tras algo más de cuatro décadas de visitas a campos de escaso glamour. Y fuera de los lances de juego tocó sobreponerse al agujero negro que dejó un tal Piterman.
Cierto es que los laureles son para los entrenadores y, sobre todo, para quienes saltan al campo a sudar la camiseta. Pero en el caso del Alavés es de justicia reconocer la pericia de la persona que dirige la entidad en este último ciclo como una pieza clave. Arropado por un equipo potente, Josean Kerejeta cogió el equipo en concurso de acreedores, con una deuda de ¡aupa el erandio! y prácticamente al borde de la desaparición. Desde 2016 mantiene al equipo en Primera, con una economía saneada, impulsando varios proyectos relacionados con este equipo y compaginando, como los grandes clubes, la gestión de futbol y baloncesto al máximo nivel.
Presidente de ambas entidades, Alavés y Baskonia, Josean Kerejeta ha demostrado su maestría a la hora de gestionar el complicado el mundo deportivo; sorteando la peor de las críticas, la que se hace en casa.
En una ciudad de tamaño medio como es Vitoria-Gasteiz hacer doblete es más que objeto de deseo. Contar de manera permanente con un equipo que alterna parquets de juego de la liga ACB (para ganarla) con los de Euroliga y mantener la primera categoría en el fútbol masculino (y espero que el femenino se incorpore la próxima temporada) con unos presupuestos mucho más reducidos, sólo es posible con una gestión seria y responsable de la cúpula directiva.
Hace unos días el Deportivo Alavés entregó la medalla de oro a Diputación Foral de Álava y al Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz con motivo de su 100 aniversario. Creo que las instituciones alavesas y la sociedad en general tienen motivos para agradecer a Josean Kerejeta su esfuerzo y su mérito. El mismo que permite a nuestro territorio y a nuestra ciudad estar en la élite del deporte. Un mundo difícil y complicado donde además de hacerlo bien deben acompañar los resultados. En el caso del Alavés y del Baskonia el intangible de la emoción de la afición se da por contado.