El pasado domingo Vitoria-Gasteiz se abonó al 4. Superó en un año las 4 décadas como capital de Euskadi y renovó el convenio de colaboración con el Gobierno Vasco por el que recibirá 40 millones de euros en los próximos 4 años, en concepto de canon de capitalidad. 

Cumple así el Lehendakari Urkullu la palabra dada y su compromiso con la capital vasca. Con aportaciones anuales, los fondos se emplearán en mantener a Vitoria-Gasteiz como referente de unos servicios públicos de calidad.

Hace 40+1 los 39 votos favorables de EAJ-PNV, PSOE y de la extinta UCD ubicaron en Vitoria-Gasteiz las principales instituciones autonómicas vascas. Con esta decisión estrenaba actividad legislativa el Parlamento Vasco. Los padres ideológicos del PP se posicionaron en contra y la representación de Euskadiko Ezkerra y del PCE se abstuvo. La izquierda abertzale optaba por ausentarse de aquellos incipientes foros de decisión democrática.

En aquel momento Vitoria-Gasteiz salía de un proceso de crecimiento a machamartillo que provocó cuadruplicar su población y convertirla en un próspero centro industrial en un abrir y cerrar de ojos. 

Era una ciudad en construcción con un extraordinario promotor en la figura de su alcalde. Con una clara visión de ciudad José Ángel Cuerda patentó una expansión ordenada de la ciudad innovando con iniciativas que luego se exportaron al resto del Estado. La red de centros cívicos, la red de guarderías infantiles, los centros socioculturales para mayores, la rehabilitación del casco medieval, la peatonalización del centro, el Centro de Estudios Ambientales, la construcción de la plaza de Los Fueros,…forman parte del legado del alcalde Cuerda a una ciudad que recuperaba los carnavales y se acercaba a las primera ediciones de los festivales internacionales de jazz y teatro. Una ciudad que veía cómo surcaban su cielo los primeros aviones que despegaban de Foronda o cómo nacía su espacio universitario en los antiguos cuarteles militares de Flandes.

Sobre esta base, el desarrollo de Vitoria-Gasteiz continúa siendo un suma y sigue en cualquiera de los ámbitos imaginables hasta convertirse en una ciudad abierta, una ciudad moderna, una ciudad referente en servicios públicos, una ciudad de alta calidad de vida, una ciudad dinámica, una ciudad sostenible, una ciudad inclusiva, una ciudad green, una ciudad de referencia, una ciudad internacional. Una capital orgullosa de serlo.

Quedan retos por afrontar. Como él mismo suele decir, el alcalde Urtaran se “dejará la piel” para consolidar Vitoria-Gasteiz como una superciudad europea a la vanguardia que sirva de referente internacional en calidad de vida, competitividad económica y sostenibilidad ambiental.

El alcalde Urtaran contempla el futuro con un claro modelo de ciudad bajo el brazo que pasa por hacer de la capital de Euskadi +sostenible, +humana y +amable. Una ciudad de la que estén orgullosas no sólo quienes vivimos en ella, también de quienes lo hacen en Araba y en el resto de Euskadi.