Hoy por la tarde se conocerá el nuevo equipo de gobierno de Mariano Rajoy, apareciendo las últimas semanas en todo tipo de medios la candidatura de un viejo conocido nuestro. Y es que Javier Maroto está en todas las quinielas, y sea o no sea lo que él desea ser, ya se ha colocado en el frontispicio de la política española, su mayor deseo desde que empezó de concejal en el ayuntamiento de Gasteiz de la mano de Alfonso Alonso. Maroto ha salido disparado como una bala, aunque llevaba ya un tiempo largo dejándose ver más por la calles de Madrid que por las de su ciudad. Al Ayuntamiento apenas se acercaba, sólo para repartir estopa  y votar en los plenos, eso que era el portavoz de su grupo.

No voy a criticar las ambiciones legítimas que cada cual pueda tener, ni que su partido considere que debe ser promocionado, aunque sí creo que para nada resulta edificante su paso con armas y bagajes a la política nacional española tras haber insistido por activa y pasiva que Gasteiz era su ámbito de desarrollo político y que, aunque hubiera perdido la alcaldía, Gasteiz era su destino político. En realidad pareciera que su identificación con Gasteiz hubiera sido tan solo un trampolín para acercarse a la política madrileña, la que de verdad ambicionan, los cargos del PP:

Lo mismo era alcalde de Gasteiz y parlamentario vasco a tiempo parcial que concejal de Gasteiz y vicesecretario de la ejecutiva del PP a tiempos irregulares. Vuelvo a insistir que me parece legítimo y hasta entendible, pero no creo del todo fiable a quien insiste por activa y pasiva en un objetivo, y en cuánto le surge otro, abandona el primero sin contemplación alguna y sin dar apenas explicaciones.

Es muy del PP y de sus dirigentes hacer política aquí para buscar un futuro allí. Lo único que espero de todos ellos es que aprendan a negociar con todos y a respetar las minorías, que trasladen allí como vivimos la recentralización aquí, y que expliquen lo que la mayoría de ciudadanos y ciudadanas vascas piensan al respecto.

Si con la presencia de quienes utilizando trampolines institucionales vascos se aproximan a los poderes madrileños para remediar las tendencias centralizadoras del PP, bienvenidos sean.

Si además consiguen, “financiación externa” del gobierno de Madrid ,como Maroto definía las cuantiosas ayudas del Gobierno Vasco para Araba, bienvenidas sean.  

Si la presencia en órganos de poder de políticos vascos del PP sirve para avanzar en un respeto a las competencias de Euskadi, les creeremos cuando nos dicen que se van allá para seguir pensando en aquí, sino, pues eso, seguiremos criticándolos. Y hoy por hoy no tenemos motivos para la esperanza.

Y si consigue ser Ministro vaya por delante mi sincera felicitación. Mejor un ministro conocido, que otro por conocer.