COMIENZA EL VERANO, COMIENZAN LAS FIESTAS PATRONALES
22/06/2017 | Jose Antonio Suso
Sin querer parecer un “abuelo cebolleta” ligo mis recuerdos de niñez y adolescencia a la celebración de las fiestas patronales de mi pueblo, Maeztu. Por cierto, el fin de semana pasado. De crío esperando con expectación esos días en los que la rutina del día a día desaparecía entre el estruendo de los cohetes, la celebración de comidas familiares y la música del acordeón. De adolescente como parte activa en la organización, junto con el resto de “mozos y mozas”, de un apretado calendario festivo que te dejaba baldado durante la semana siguiente.
Con el comienzo del verano la mayor parte de las localidades alavesas se emplean a fondo en organizar sus fiestas populares, un reflejo de identidad y una muestra de tradición. Fiestas patronales que constituyen la memoria del pueblo, el legado cultural que cada localidad ha preservado y ha sabido transmitir generación tras generación.
Son días en los que las casas mantienen sus puertas abiertas. Jornadas en las que la diversión viene emparejada con el concepto del reencuentro. Una de las virtualidades que tienen las fiestas patronales es que invitan a quienes en su día tuvieron o decidieron dejar el pueblo a volver para tomar contacto con sus orígenes, con sus raíces. Al fin y al cabo, las personas forman parte de uno de estos dos grupos: las que tienen pueblo y las que no. Y sólo las que lo tienen pueden explicar lo que se siente cuando se vuelve al entorno rural que les vio nacer.
Otro aspecto a tener en cuenta. El esfuerzo personal y económico que cada localidad emplea en la organización de sus fiestas. Un esfuerzo que se convierte en sinónimo de unión. Un esfuerzo necesario que propicia la articulación de las relaciones de convivencia entre los vecinos y las vecinas.
El comienzo del verano y la celebración de las fiestas patronales tienen otro plus para el conjunto de los y las alaveses. En ocasiones, más de lo que debiera, lo más próximo se convierte en lo más desconocido. Las fiestas pueden ser un buen motivo para conocer la cultura y las tradiciones del territorio alavés; de norte a sur, de este a oeste; en un inmejorable ambiente festivo. Desde aquí mi invitación.