Hace calor, mucho calor… Las altas temperaturas que acompañaron la llegada de la primavera se reproducen este verano con mayor intensidad.

Parece evidente que aquellos iniciales informes científicos, que alertaban sobre las consecuencias de un inminente cambio climático que llamaba a las puertas del planeta y exigían la adopción de medidas drásticas de choque a la búsqueda de una solución, eran más que certeros. A estas alturas negar la existencia de un cambio climático supone colocarse una venda en los ojos. Una venda bien tupida. Se constatan los efectos que acarrean en todo el planeta el aumento de la frecuencia y de la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos en la agricultura, en el espacio forestal y en la salud humana.

Aquí, en Araba, en Vitoria-Gasteiz, al aumento de los valores del mercurio, si es que todavía queda algún termómetro fuera de la disciplina de la tecnología digital, se suma un incremento del “calor político”. Un calor que no se mide en grados Celsius sino en clave de puro interés electoral.

El PP alavés ya nos había ido mostrado sus cartas en lo que se refiere a mensajes. Unas ideas de trazo grueso, cargadas de mucha demagogia y poco realismo, destinadas a tumbar a los cargos institucionales de EAJ-PNV, especialmente cebadas en la figura del alcalde Urtaran. Mensajes toscos que ponen en entredicho el avance de la ciudad y se contraponen al interés de quienes vivimos en este territorio. Nada más importa porque su objetivo supremo tiene un horizonte: las elecciones municipales y forales de 2019.

Ahora, el PP alavés, también nos ha mostrado su estrategia. Al menos una parte. La de hacer pasear por Gasteiz a los miembros del gobierno Rajoy con el uniforme de ministro-ministra pero con el pin en forma de gaviota prendida de la solapa. Así este martes hemos visto a la vicepresidenta Sáez de Santamaría y la ministra Báñez en una visita a las instalaciones de la factoría Mercedes que bien hubiera podido tener un carácter institucional sino fuera porque en la foto se coló una persona sin cargo institucional, Alfonso Alonso, presidente del PP en Euskadi. ¿Se coló Alfonso Alonso en un acto institucional o era el organizador del evento?  Si es lo segundo, y se trataba un acto partidista, las que se colaron fueron las ministras.

No es la primera vez que el PP alavés utiliza a los miembros del gobierno de Madrid en actos claramente “de partido”. Recientemente hacían pasear al ministro de Fomento por los andenes de la estación de trenes en Vitoria-Gasteiz. Lo hacían días después de conocerse el acuerdo alcanzado por EAJ-PNV con el gobierno Rajoy para materializar el soterramiento de las líneas férreas a su paso por la capital. Sin escrúpulos, “vendiendo” una actuación que ellos no consiguieron traer a la ciudad. En un estado amnésico absoluto, olvidando que meses antes habían apostado por una pírrica remodelación de la estación que contemplaba la sustitución de cubierta de los andenes.

Se augura el mantenimiento de altas temperaturas, con repuntes al alza, hasta 2019.