MUCHO GRADO, POCO PESO
05/10/2017 | Jose Antonio Suso
Finaliza una vendimia que llamó a las puertas de Rioja Alavesa y comarca de Aiara con adelanto. A falta de un balance definitivo, todo hace indicar que los rigores climatológicos pasarán factura al volumen de producción de los viñedos alaveses.
Las heladas de abril y la canícula de los meses de verano han supuesto una merma en general del porcentaje de uva recogida, con mayor incidencia en localidades donde la afección de la helada había sido mayor. Una rebaja de la producción sensiblemente importante si nos quedamos con la frialdad que aportan los números de los índices globales pero que, a nivel individual, afecta directamente al corazón de muchas explotaciones tras un año de mucho trabajo y de mucho esfuerzo a pie de viña. Esto último, nunca cambia.
Muchas explotaciones van a sufrir cuantiosas pérdidas en lo económico y la imposibilidad comercial de atender sus mercados, el año venidero, lo que supone una pérdida aún mayor.
Ante esta campaña complicada la Diputación Foral de Alava y el Gobierno Vasco han puesto en marcha una serie de medidas fiscales para ayudar al colectivo de viticultores y viticultoras alaveses que pasan por triplicar, con respecto a 2015, la partida presupuestaria destinada a la contratación de seguros agrarios hasta alcanzar los 150.000€. Asimismo el ejecutivo foral de Ramiro González prevé suprimir el segundo pago fraccionado del IRPF para aquellas explotaciones afectadas por la helada con pérdidas en la producción en un porcentaje igual o superior al 25%. Quienes lo deseen podrán imputar las indemnizaciones del seguro del 2017 en la declaración del 2018 haciendo coincidir el ingreso con las liquidaciones de las campañas agrarias, ahora que se han comenzado a liquidar los pagos de los 7,7 millones de euros que este año tendrá que pagar Agroseguros a Rioja Alavesa y en las fincas de txakoli en Aiara. En el campo de la prevención, la Diputación ha llevado a cabo un estudio para la implantación de posibles métodos de defensa contra la helada, dirigido tanto a Rioja Alavesa como a Arabako Txakolina. Por su parte, el gobierno Urkullu, ofrece la posibilidad de acceder a créditos blandos con dos años de carencia, ocho de devolución y prestación de garantías a cargo del Gobierno Vasco.
Estas medidas económicas servirán para paliar en parte las pérdidas económicas sufridas por las viticultoras y los viticultores. No servirán para compensar el daño emocional de ver unas viñas desnudas de fruto. Máxime cuando se guarda en el recuerdo que la pasada campaña exigió tirar millones de kilos de uvas ante una alta producción que era imposible incorporar en su integridad a la producción de vino debido a las limitaciones que establece la Denominación de Origen.
Sabor agridulce en boca para un momento del año, el de la vendimia, que trae de la mano un cambio sustancial para nuestros pueblos de Rioja Alavesa con la llegada de trabajadores de diferentes lugares a recoger el fruto mimado durante todo el año. Un momento del año en el que se renueva el saber centenario de la transformación de la uva en vino con garantía de calidad suprema.