Me desayunaba el pasado sábado con unas declaraciones de la “porta-consignas” del PP en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz sobre el soterramiento que han traído cola hasta cumplida la mitad de esta semana.

Forma parte del ADN del PP crear “serpientes” de verano, otoño,  invierno…, cualquier época es buena, para prolongar en bucle el rifi-rafe mediático que, a buen seguro, resulta de escaso interés político para cualquier ciudadano con aspiraciones a que sus representantes institucionales se centren, como debe ser, en solucionar sus problemas reales y garantizar un máximo de bienestar.

El PP toma como patente la proliferación del mensaje político, aliñado con una sobredosis de exabruptos e insultos, en algunos casos, con clara intención de denigrar al oponente político. Patrimonializa el uso y abuso de un lenguaje ofensivo y hosco, sin ningún tipo de miramiento. A todas luces innecesario si la única pretensión fuera trasladar a la sociedad el ideario propio.

Por contra parecen haber sido agraciados con una piel del cristal más sutil de Bohemia cuando reciben respuesta a sus descalificaciones. Abren sus carnes. Trasladan su profundo malestar, eso sí, para seguir dando caña por la misma vía.

Puro teatro en el que no voy a seguir incidiendo. Lo realmente grave, lo inaceptable, lo criticable es que quien se ha cerrado en banda a la consecución de acuerdos, allí donde ha estado en su mano, se entrometa en aquellos que se han cerrado en otras instituciones. Ni es ético ni es leal utilizar los acuerdos presupuestariosalcanzados con otros grupos donde uno tiene la responsabilidad de gobernar buscando un rendimiento electoral propio. Si a alguien le corresponde poner en marcha el proyecto de soterramiento del eje ferroviario que atraviesa nuestra ciudad es al Ministerio de Fomento en función de lo acordado por EAJ-PNV en Madrid, todo ello con la colaboración y participación de la instituciones vascas.  En el Ministerio está la responsabilidad de la dinamización o de la paralización del proyecto.

Como decía la canción “cierro la muralla” al insulto y “abro la muralla” a la leal colaboración. No estaría mal que ese impulso tuviera su réplica en una llamada de atención del PP alavés al PP de Madrid para que aceleren la ejecución de todos aquellos compromisos presupuestarios alcanzados este año. Compromisos de incidencia para nuestro territorio como son la aprobación de la modificación de la Ley del Cupo  o la elección de las soluciones planteadas por la instituciones vascas  al comprometido IVA negativo de la empresa Mercedes para la hacienda alavesa. Soluciones en mano del Sr Montoro.

El modelo no es el insulto. El modelo pasa por el trabajo para construir. El modelo a seguir lleva por delante el signo de la suma. Es mi modelo y es el modelo de EAJ-PNV. El modelo que marca la diferencia de talante entre partidos.