MENOS BOTOX
22/02/2018 | Jose Antonio Suso
De haberme dejado guiar en exclusiva por el sentido del oído, hubiera incurrido en un grave error. Menos mal que, además del oído, tenía los ojos abiertos. Hablaban de un tema de competencia municipal circunscrito a Vitoria-Gasteiz. Sin embargo, los protagonistas no estaban en el estrado como concejales sino como parlamentarios. No se debatía en el salón de Plenos del Ayuntamiento sino desde la tribuna del Parlamento Vasco. Hablaban de unas nuevas cocheras para los autobuses de la capital de Euskadi, en un punto que debía ratificar el convenio entre instituciones para el proyecto piloto de bus eléctrico que se implantará en la capital gasteiztarra como nuevo sistema de transporte público. Un proyecto en el que Gobierno Vasco aporta 27 millones de euros, por un lado, y Diputación 8 millones de euros, por otro; los mismos que el Ayuntamiento de Gasteiz.
No se habló del convenio en el largo tiempo dedicado al tema sino de las cocheras aludidas. Me pregunto qué buscaban quienes elevaron este tema al Parlamento Vasco sabiendo que el legislativo autonómico no es competente en la resolución de un asunto de índole municipal como el que se estaba tratando más allá de instar, exhortar, rogar, solicitar, manifestar, proponer, indicar, recomendar, …
Me pregunto también por qué quienes deciden proponer el debate de, insisto, un tema municipal en el Parlamento Vasco no buscan a través de sus aportaciones las soluciones en el propio Ayuntamiento. Allí, en ese foro, donde también tienen representación, cuentan con voz y voto y, por tanto, disponen de la capacidad para tejer y destejer en el ámbito de la política municipal. Lástima que para algunos grupos políticos y en la mayoría de las ocasiones sea más para destejer que para tejer. Pero ese es otro asunto.
En principio descarto que la iniciativa tuviera como objeto marear la perdiz. Me inclino por pensar que la verdadera motivación se encontraba más cerca de buscar la fotografía de prensa, un primer plano en televisión o unas cuantas líneas en el papel impreso de los periódicos o en los foros de las redes sociales. Lo que de un tiempo a esta parte se ha venido a denominar “postureo”. Lo que siempre se ha conocido como agitar el caladero electoral en beneficio propio aunque la aplicación de esta estrategia suponga colocar de rodillas y contra la pared el interés social.
Me enteraba el otro día, leyendo la contraportada de un medio de comunicación escrito, que en Arabia Saudí, primero, se organizaban concursos de belleza de camellos y, segundo, que se había prohibido tratar con botox a los camellos para que lucieran más atractivos en la pasarela ante el jurado. Pues eso…menos botox, menos postureo y más implicación, más pro-actividad, más acuerdo en la resolución de los asuntos que afectan al conjunto de los vitorianos y las vitorianas, que es a quien nos debemos.