Parece fácil ponerse en la piel de quienes han sufrido en primera persona el arrebato injustificado  de un familiar a manos de quien carece de escrúpulos para segar la vida de manera gratuita. Parece fácil porque no exige a priori mayor reflexión que la que emana de la bilis para reclamar justicia contra el delito; cuando no venganza ante la impotencia y la rabia que genera la sinrazón. Pero ambos conceptos, justicia y venganza, se encuentran en polos opuestos. Como el agua y el aceite resulta imposible mezclarlos.

Hoy se debate en el Congreso de los Diputados una proposición de ley de EAJ-PNV para anular la prisión permanente revisable.  Desde que el PP la aprobara en 2015, al amparo del rodillo que supuso su mayoría absoluta en las Cortes españolas, en EAJ-PNV siempre hemos mantenido el mismo criterio político equiparando la prisión permanente revisable a una cadena perpetua encubierta que carece de sentido humano, político y jurídico. EAJ-PNV no está por la labor de bucear en el modelo estadounidense, el que persigue el PP, sino en un modelo noruego en el que la resocialización y la reinserción sirvan de objetivo.

Han pasado dos años desde la implantación de este tipo penal. Desgraciadamente en este tiempo hemos podido comprobar que la medida no disuade al delincuente de cometer el crimen que quiere cometer. La respuesta a los problemas de la sociedad no puede ser un aumento del reproche penal. España es el país europeo con la media de tiempo en prisión más alta y con los índices más bajos de cumplimiento en regímenes carcelarios abiertos. Antes de entrar en vigor la prisión permanente revisable, los presos podían cumplir condenas efectivas de hasta 30 y 40 años de cárcel.

Desde octubre de 2017 la solicitud de derogación propuesta por EAJ-PNV ha estado bloqueada por PP y Ciudadanos. Es ahora cuando se saca y desempolva del cajón de la Mesa del Congreso de los Diputados. Justo en el momento en el que ambos partidos han emprendido una desbocada carrera electoral. El PP utilizándolo como arma para mantener el respaldo de la sociedad española. Ciudadanos para conseguirlo aunque con ello demuestre carecer de algún principio estable (ahora pienso A, ahora pienso B). Ambos sin escrúpulos. Ambos populistas. Ambos en clave electoralista. ¿Dónde quedan las víctimas?

EAJ-PNV está en la calle. Sabe, porque escucha, de lo que habla la gente en los bares, en los batzokis, en los mercados,... En sus más de 120 años de vida, ha conocido el significado de la cadena perpetua y trabaja para que la memoria histórica no se difumine. Quiere evitar que las cotas de libertad alcanzadas no queden trastocadas en virtud del miedo ante posibles sensaciones de inseguridad. Desde una concepción humanista íntegra EAJ-PNV se inclina por el valor de la “segunda oportunidad” frente a la ley del ojo por ojo, diente por diente. Legislar en caliente ni fue bueno antes ni lo es en estos momentos. El legislador tiene que abstraerse de la venganza y buscar justicia.