EL CAOS DE ELA

10/05/2018 | Jose Antonio Suso

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EL CAOS DE ELA

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Leía hace unos días la entrevista que un medio de comunicación realizaba a un representante sindical de ELA que la que se elevaba a titular la afirmación de que el departamento foral de Bienestar Social es un “caos”. Así de rotundo. El contenido íntegro de la entrevista derivaba en otro tipo de cuestiones que poco tenían que ver con la contundencia expresada en el titular.

Yo soy usuario de ese departamento. Parte de mi familia requiere de los servicios sociales que ofrece Diputación. Sólo puedo decir una cosa: el servicio es impecable. Los y las trabajadoras se dedican en cuerpo y alma a realizar un trabajo eficaz y eficiente. Esa es mi percepción basada en hechos concretos.

A estas alturas de la película, nadie duda que los servicios sociales alaveses se encuentran a la vanguardia de los del Estado. Lo han sido, lo son y estoy convencido que seguirán siéndolo por la apuesta decidida que Diputación, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y el resto de los ayuntamientos alaveses mantienen a la hora de aplicar políticas sociales que den respuesta a los diferentes niveles de riesgo y vulnerabilidad de las personas a las que van dirigidas. Una apuesta que repercute directamente en el alto número de servicios prestados y en la extraordinaria calidad de los mismos. Todo ello en una evolución y mejora continua, sin caer en el conformismo, mejorando con nuevos servicios y prestaciones, lo que se refleja en la dedicación de la mayor parte de sus presupuestos a ofrecer este tipo de servicios en el que la persona en sí se convierte en el centro de la acción política. No es circunstancial que el departamento de Bienestar Social gestione másdel 49% del presupuesto total de la Diputación alavesa, cuando no hace muchos años, gestionaba el 25%.

Es evidente que un representante sindical se debe a la mejora de las condiciones laborales de los y las trabajadoras a quien representa. Lo que no puede o debe hacer es poner en duda el trabajo que realizan sus compañeros y  compañeras ni cuestionar el servicio que ofrece la institución que lo gestiona. Porque a quien realmente degrada el contenido de esa entrevista es al propio colectivo de trabajadores además de generar entre la sociedad una situación de incertidumbre sobre el servicio prestado que en nada tiene que ver con la realidad. Una realidad que dista mucho de ese titular que convierte la palabra “caos”  en referente.

Como alavés considero que debemos sentirnos orgullosos del nivel de los servicios sociales que se prestan en el territorio y del modo en el que los desarrollan los propios trabajadores. Las administraciones vascas y alavesas lideran una política eficiente de desarrollo de servicios y programas sociales acordes con problemas y necesidades cambiantes. Es por ello que prestan constante atención para mantener la vanguardia  de unos servicios sociales accesibles y de calidad.

Podríamos decir que el de Bienestar Social es el “departamento madre” de la Diputación alavesa. Su volumen, en número de trabajadores y presupuesto gestionado, lo convierten en el epicentro de la crítica política. Se han oído voces que inciden en la necesidad de establecer un pacto social para dejar al margen del rifi-rafe político un servicio en el que las personas en situación de desprotección son el centro de la actuación institucional. Pueden contar con el PNV para ello.