Uno de los temas que más preocupación, incluso diría desasosiego, me genera como responsable político y como alavés es el continuado despoblamiento de la zona rural y el envejecimiento de su población. Añana y Montaña Alavesa focalizan esta situación. Ambas comparten ser las Cuadrillas de mayor extensión, poseer una riqueza natural envidiable y albergar un elevado número de pequeños núcleos rurales. A la par, son las que contabilizan un menor volumen de población.

La regresión de la población en la zona rural y su envejecimiento no son problema nuevo, vienen de lejos. Ya era mi principal preocupación hace 35 años, cuando fui alcalde de Arraia-Maeztu. Se han hecho muchas cosas desde entonces, pero cambiar el rumbo de  la macrocefalia de Gasteiz, es francamente difícil.

Sin demora debemos hincarles el diente para evitar que esa constante tome un impulso definitivo que ocasione un salto cualitativo irreversible. No podemos permitir que esa parte de Alava quede relegada a los paseos de fin de semana. La macrocefalia de Vitoria-Gasteiz sienta su base en los años 60 con el éxodo de población a las zonas industriales. Un modelo implantado y consolidando en las últimas décadas. Un modelo sin competencia por los elevados índices de calidad de vida que la capital gasteiztarra ofrece a sus residentes.

No existen pócimas magistrales. Pero sí tengo claro cuáles son los dos caminos por los que debemos transitar para revertir esta situación: uno, la generación de actividad económica; el otro, la mejora y ampliación de los servicios que se ofrecen en la zona rural. Dos caminos paralelos que se entrecruzan.

La creación de nuevas actividades económicas y, su derivada, la generación de empleo se convierten en objeto de deseo institucional que permita dar oxígeno a estas zonas de Alava mediante la consecución de mayores oportunidades de trabajo a una población joven que sienten el arraigo hacia el lugar que les vio nacer.

Dinamización de las economías locales que se apoyan en el uso de las nuevas tecnologías y en las opciones de conectividad. Entramos en el terreno de la dotación de servicios. Al trabajo que se realiza desde los Ayuntamientos para generar oportunidades en el terreno de la cultura, el deporte, el turismo… se suma el que  viene desempeñando Diputación Foral de Alava para dotar de cobertura a cada una de las comarcas alavesas que permitan disminuir a la mínima expresión el número de desplazamientos a la capital para realizar determinadas gestiones centralizadas. No voy a concretar actuaciones pero estoy hablando de sanidad, educación, transporte y movilidad, atención a las personas mayores o seguridad y prevención que permitan avanzar hacia un auténtico equilibrio territorial. Romper la brecha digital, con la instalación de banda ancha, será un paso más que Diputación de en este sentido.

Si somos habilidosos a la hora de conjugar ambas claves, generación de actividad económica y dotación de servicios, posiblemente la situación se revierta. Ganas de hincar el diente, no faltan.