Un debilitado anticiclón de las Azores se deja colar, por la derecha y por la izquierda, una borrasca tras otra para traernos este año una primavera más que inestable, tormentosa.

La política española sigue la misma estela que la climatología reinante acompañada, en ocasiones, por carga eléctrica. En una semana se ha concentrado un número de acontecimientos de relieve muy superior a los vividos durante los dos últimos años. Una semana en la que se ha puesto el foco sobre EAJ-PNV, cargando sobre sus espaldas, de manera injusta, la responsabilidad de la gobernabilidad de España.

Y sí, EAJ-PNV ha sido responsable pero exclusivamente del ejercicio de su acción política. Sólo se nos puede imputar seguir siendo honestos con nuestra línea de trabajo que no es otra que la consecución de lo mejor para Euskadi y para sus ciudadanos y ciudadanas.

Por responsabilidad el grupo jeltzale en el Congreso de los Diputados votó a favor de unos presupuestos, lo mejores posibles para Euskadi, que comprometen inversiones por valor de 540 millones de euros y un acuerdo para la subida de pensiones que recoge, en parte, las demandas del colectivo de pensionistas.

En clave de responsabilidad los cinco diputados de EAJ-PNV votaron a favor de una moción de censura que, no debemos olvidar, tuvo su origen en una sentencia judicial que arponeaba la imagen pública del hacer político y provocaba un claro rechazo social.

El PP no quiso, no pudo o no supo reaccionar para solucionar las graves situaciones que le estaban afectando. Se quedó parado. Stand by.

Ahora se activan en bloque para colocarse en modo venganza anunciando que enmendarán en el Senado su propio presupuesto en contra de los intereses de Euskadi. No ha existido autocrítica ante unos hechos de los que sólo el PP es responsable. Hablan de traición y enarbolan la bandera de un revanchismo que en política no se entiende. Esto no es personal.

Primero amenazaron con eliminar de los presupuestos todas aquellas inversiones comprometidas con Euskadi. Fueron jaleados por gurús de la prensa rosa que reclamaban re-direccionar todas esas inversiones al pueblo andaluz o al extremeño. Incongruencia pura.

Ahora el presidente de los populares vascos recula con una pirueta circense que le coloca en mismo punto de partida. Mantiene la amenaza envolviéndola en un halo de misterio. Dice que respetarán las inversiones comprometidas  pero anuncia enmiendas a los presupuestos allí donde más le duela al PNV. Incomprensible para cualquiera que, como él, sabe que los presupuestos de cualquier institución están al servicio del conjunto de la sociedad, no de un partido político. De no prevalecer el sentido común,  la verdadera perjudicada será la sociedad vasca.

¿Le temblará el dedo al senador Oyarzabal cuando vote en el Senado contra los intereses de Álava? Probablemente no. En pleno proceso negociador para la consecución de un acuerdo presupuestario, no puso interés alguno por presionar a los suyos a la hora incluir en los presupuestos determinadas partidas que beneficiaban a Álava y que, lamentablemente, se quedaron en la recámara del acuerdo.

La nueva tarifa eléctrica para dotar de mayor competitividad a la empresa vasca, la Alta Velocidad, el H24 para el aeropuerto de Foronda y la mejora de sus instalaciones o las de la plataforma logística de Júndiz, la regeneración del entorno del Banco de España en Vitoria-Gasteiz, las mejoras en el regadío de Bernedo Obecuri y río Rojo, las ayudas económicas para el Valle Salado de Añana y museo Artium o la supresión de la brecha que supone en varios municipios alaveses los pasos a nivel ferroviarios son las aportaciones destinadas a Alava que EAJ-PNV incluyó en los presupuestos del Estado. Comprobaremos el tenor de las que coloca el PP con sus enmiendas.

Construcción frente demolición.