75 ANIVERSARIO DE EGIBIDE: SUMANDO POR Y PARA ARABA
21/06/2018 | Jose Antonio Suso
Vitoria-Gasteiz y Álava han sido y son pioneras en la implantación de políticas innovadoras a nivel estatal. Probablemente las más reconocidas y acreditadas son que se circunscriben al ámbito de lo social. Pero, por supuesto, no es el único campo.
Ayer EGIBIDE se vestía de largo para poner el broche final al calendario de actos con el que han conmemorado el 75 aniversario de su creación durante este curso académico.
Recuerdo que haciendo auto stop en mis tiempos de mili en Madrid, me recogió un sacerdote en su Citroen 2CV. Se llamaba Pedro Anitua. Durante el viaje a Vitoria, que no bajaba de 5 horas, me contó a qué se dedicaba. Me explico qué hacían en Diocesanas y me recordó todas las personas de la comarca de Montaña Alavesa que habían pasado hasta entonces por su centro educativo. Me impresionó su clarividencia y su memoria. Han pasado 40 años y todavía recuerdo aquel viaje y aquella conversación.
Anitua fundó Diocesanas en 1942 y, tres años más tarde, el jesuita Demetrio Ruiz de Alburuza, implantó en Vitoria-Gasteiz Jesús Obrero. Ambos centros apostaron por conjugar lo social y lo educativo. Nacieron con vocación educativa y con el punto de mira puesto sobre uno de los eslabones más débiles de la sociedad vitoriana y alavesa del momento: los huérfanos de guerra y los jóvenes de familias humildes.
De la necesidad de trabajar en común nació EGIBIDE que cuenta en su tarjeta de presentación con una dilatada experiencia en la formación educativa profesional. Hoy EGIBIDE engloba cinco campus educativos (Arriaga, Nieves Cano, Molinuevo, Jesús Obrero y Mendizorroza) en los que 450 educadores imparten clase a 7.000 alumnos y alumnas de todas las edades, desde los 12 hasta los 67 años. También hoy teniendo muy en cuenta la inserción socio-laboral de jóvenes en riesgo de exclusión social o con especiales dificultades de contratación.
El germen de EGIBIDE puso sobre la mesa lo que hoy en día se ha bautizado con el nombre de Formación Dual. Un concepto que implica la coparticipación de los centros de formación y de las empresas para obtener las competencias especializadas necesarias en el trabajo y que favorecen la mejora de la empleabilidad de las personas y de la competitividad de nuestras empresas. Desde aquella inicial formación en mecánica y ebanistería hasta el día de hoy, inmersos en un cambio global acelerado, EGIBIDE ha mantenido en su hoja de ruta que la mejora de la empleabilidad de las personas pasa por reforzar la adquisición de nuevas capacidades y competencias profesionales.
Siguiendo la estela de la innovación el próximo curso, en colaboración con la universidad de Deusto, las aulas de Arriaga estrenarán un curso pionero de Industria Digital que formará a aquellas personas encargadas de desmadejar los desafíos de la industria 4.0.
Hace unos meses en una entrevista radiofónica oí definir a EGIBIDE, por boca de su director, como “la escuela que no cesa”. Me gustó la expresión. Engloba pasado pero, sobre todo, mira al futuro. Más de 100.000 alumnos y alumnas han adquirido destrezas profesionales en las aulas de este líder alavés de la formación. Su trayectoria ha marcado impronta en el desarrollo social, económico e industrial de Alava. Lo seguirá haciendo en el futuro, sin duda.