¿QUIÉN SE LO EXPLICA A “TIERRAS ESPARSAS”?
28/06/2018 | Jose Antonio Suso
No se trataba de quitar sino de dar. De sumar más Gasteiz y más Araba. De posibilitar la presencia y, por tanto, volver a otorgar voz propia y directa en Juntas Generales a todos y todas las alavesas independientemente de su lugar de residencia.
En 1987 la representación de las Cuadrillas alavesas en Juntas Generales sufrió un importante varapalo al reducir de 7 a 3 el número de circunscripciones electorales. Salvo Vitoria-Gasteiz y la Cuadrilla de Aiara-Ayala, que conservaron circunscripción propia, el resto de Araba se agrupó bajo la demarcación de “Tierras Esparsas”. De los 51 municipios alaveses, 45 pasaron a formar parte de ese cajón de sastre que aglutina a municipios de cinco Cuadrillas con características y problemáticas bien diferenciadas.
Redujeron las iniciales cinco Cuadrillas, que tenían trece representantes, a una sola con seis representantes minorando, por tanto, su representación en más de un 50%. Le ocurrió a la Cuadrilla de Aiara-Ayala. Todo ello sin el oportuno debate en Juntas Generales sino a través de una ley aprobada en el Parlamento Vasco.
El clamor existente en esas Cuadrillas les ha llevado a tomar la iniciativa y proponer una reforma del sistema actual de elección para restablecer una representación mínima y digna en Juntas Generales. Una iniciativa que EAJ-PNV apoya y suscribe al 100%. Ahora y antes. Como ocurrió en los años 1995 y 2002. Una iniciativa que no rompía nada y que sólo modificaba dos representantes en la circunscripción de Vitoria-Gasteiz manteniendo el 95% de su representación actual.
Ayer el Pleno de Juntas Generales decidió por mayoría desoír el requerimiento de las Cuadrillas. Un requerimiento que exigía un mero retoque cosmético a una ley injusta que coloca una venda en la boca a las zonas menos pobladas de Álava aunque ocupen en extensión la mayor parte del Territorio. Ya se conocía el resultado, trasladado insistentemente a través de artículos de prensa y mociones diversas. Ayer nada nuevo en el Palacio Foral. Y eso después de ofrecer a EHBildu, a través de una enmienda transaccional, llevar el debate a la próxima legislatura para las elecciones forales del año 2023.
La misma palabrería de los mismos partidos políticos que se oponen a la modificación y que días antes en Bernedo, durante el Pleno de Tierras Esparsas, coincidían en la necesidad de trabajar en equilibrio territorial ante la macrocefalia de Gasteiz. Predican un discurso que no quieren concretar con hechos. Discursos de paja. Justifican su negativa a dar voz a esa parte de Álava con argumentos que en nada se corresponden con la naturaleza del problema, con el fondo de la cuestión. Desde tildar la iniciativa de “electoralista” hasta querer aplazar sine die el debate en Juntas Generales pero, a la par, propiciándolo en el seno de las Cuadrillas con una clara intención de cubrirse las espaldas.
El debate se ha puesto sobre la mesa un año antes de la celebración de las próximas elecciones forales y como decía anteriormente, supone un mero retoque en la representación de Vitoria-Gasteiz que, como es lógico, hubiera seguido manteniendo la representación mayoritaria en Juntas Generales que le corresponde. Huelga decir que la mega-reforma del 87 se produjo dos meses antes de las elecciones. Dos meses.
Alguien tendrá que explicar a las personas que residen en Añana, Gorbeialdea, Llanada, Montaña o Rioja Alavesa el porqué de esa negativa a retomar la naturaleza territorial de la cámara legislativa alavesa, a tener espacios institucionales donde defender y plantear las cuestiones que van a decidir su futuro, a que se sientan representados por sus respectivas Cuadrillas, al igual que los y las habitantes de Vitoria-Gasteiz y Ayala.
Dar voz propia y directa al Territorio es una necesidad urgente. Requiere de consensos que la mayoría de los partidos no han querido alcanzar. No pierde EAJ-PNV, pierde Araba. Ayer no pudo ser pero EAJ-PNV se compromete a que ésta sea la primera iniciativa que se presente en la próxima legislatura. Mientras tanto que cada uno de sus explicaciones pero sin engaños.