A VUELTAS CON LAS VACACIONES
12/07/2018 | Jose Antonio Suso
En veinte días sonará el pistoletazo de salida del periodo vacacional más apetecible que, desde la perspectiva tradicional, se encuadra entre el 1 y el 31 de agosto. Un tema que ha escalado puestos en el ranking para colocarse en el number one de todas las conversaciones de ascensor, de barra de bar, en el entorno laboral o entre amigos y familiares.
Desconozco si existe alguna estadística sobre el porcentaje de personas que buscan un destino exótico para pasar sus días de asueto pero, como las meigas, seguro que “haberlahayla”. La sensación que me queda después de cruzar varias de esas conversaciones es que el porcentaje es alto.
Es indudable que los gustos por los destinos vacacionales se han transmutado como de la noche al día. Recuerdo cuando el mes de agosto suponía volver a los orígenes. Y la respuesta a la pregunta: “¿dónde vas de vacaciones?” era: “me voy al pueblo”.
La modificación en la forma de salir al mundo durante este periodo ha ido cumpliendo sus etapas en gustos y costumbres. Muchas de ellas impensables o, mejor, incomprensibles para nuestros jóvenes. Afrontar 700 kilómetros para llegar a las costas levantinas en un utilitario saturado, en el que no faltaba ni la suegra ni la jaula con el canario, sin cinturón de seguridad ni aire acondicionado y escuchando la cassette del humorista de turno ha quedado atrás. Como ha quedado en el baúl de los recuerdos la compra previa del mapa de carreteras y el posterior revelado del carrete fotográfico en el que aparecíamos todos los miembros de la familia tomando el sol sin protección. La única forma de comunicación con lo cotidiano se resumía en el envío de una postal del y desde el lugar de vacaciones.
El cambio en la forma de afrontar/planificar las vacaciones está sujeto al aumento del nivel de vida. Eso es indudable. Ha venido acompañado por una serie de “innovaciones” que ya han pasado a formar parte de nuestro modus vivendi como son la creación de compañías aéreas lowcost (viajar en avión ya no es cosa de ricos) o la aparición de internet (descatalogación de las agencias de viaje al usoy fácil acceso a toda la información necesaria para viajar).Un año más las autopistas aéreas vienen saturadas en estos meses de verano.
Nuestros jóvenes han empezado a viajar desde edades muy tempranas. El viaje por vacaciones o por otros motivos se ha convertido en hábito. Leía recientemente que se habían agotado en plazo record las plazas gratuitas que ofrece Interrail para conocer Europa desde el tren. Todos,viajeros digitales con clara dependencia a la red, atentos y atentas a los comentarios y opiniones de internautas que han hecho públicas experiencias similares.
Aseguran algunos científicos que la pasión ilimitada por viajar, por explorar mundo, tiene su origen en la genética.Más en concreto en el gen DRD4-7r, conocido como Wanderlust, que se asocia con los niveles de dopamina, un neurotransmisor cerebral que incita el interés por lo desconocido. Sin duda, en estos días, el gen está alterado.