PARA SACAR PECHO
12/09/2019 | Jose Antonio Suso
Con rotundidad, sí. Estoy orgulloso de Vitoria-Gasteiz. Tenemos una capital en la que siempre se ha vivido bien y cada vez se vive mejor aunque haya veces que tengan que venir de fuera a contárnoslo.
Así ocurrió la semana pasada. Desde la capital etíope Adís Abeba y desde la suiza Berna nos enviaron un mensaje de reconocimiento por el excelente trabajo que se vine realizando en Vitoria-Gasteiz desde hace décadas. Trabajo en equipo que ahora recoge el fruto del “ir todos a una”.
Siempre hemos sabido que Vitoria era verde. En 2012 nos distinguieron a nivel europeo como Green Capital. El viernes pasado se reconoció a Gasteiz como el asentamiento humano más eco del mundo por su compromiso con la lucha contra el cambio climático, con la renovación urbana en términos de transición energética, con la movilidad sostenible, con la creación una ciudad que garantice el bienestar de la ciudadanía. No es un regalo basado en humo. El galardón se soporta sobre indicadores concretos como la distancia mínima de cada casa a un centro sanitario, educativo o deportivo; el número de metros cuadrados urbanos por habitante que se ha usado; el estado de la red de transporte público; el tejido comercial; las tasas de paro; los recursos empleados en la construcción de viviendas de protección social,…
Unas 500 autoridades de unos 50 países diferentes pudieron testar cómo Vitoria-Gasteiz se sitúa a la vanguardia de las ciudades de todo el planeta –repito, de todo el planeta- en materia de desarrollo sostenible. Todo un escaparate que destapa un erario consolidado, como es el parque perimetral que conocemos como Anillo Verde, sobre el que se sigue actuando, como es la implantación de un nuevo transporte público sostenible: el BEI. Son dos de los avales de una actuación que viene de lejos en materia medioambiental con vocación de continuidad y que, entre otras cosas, nos permite asegurar que quienes vivimos en Vitoria-Gasteiz respiramos los 365 días del año un aire de calidad.
“Estamos de subidón y muy emocionados”. Comparto las palabras que utilizó el alcalde Urtaran a la recepción del Global Green City Award que supone un espaldarazo internacional no sólo para Vitoria-Gasteiz sino para todo Euskadi.
En la misma clave se sitúa el premio Patrimonio Arqueológico Europeo 2019 al proyecto de reforma de la catedral Santa María con su meritorio “Abierto por Obras”, que allá por 1997 puso la primera piedra Diputación Foral de Álava. Un innovador, participativo y didáctico plan que ha ido descubriendo a los ojos todos y de todas los tesoros que escondía “la vieja” catedral. Puertas más abiertas que nunca para realizar el seguimiento de las obras del sacro templo al que en su día diagnosticaron en fase terminal.
Tampoco es la primera vez que este proyecto recibe un reconocimiento. Están acostumbrados. El de ahora es el mayor galardón europeo de Arqueología viene avalado por 12.500 profesionales de 70 países diferentes que subraya la “excelencia científica” y el “uso visionario de su potencial educativo” para “poner al alcance de la sociedad una nueva y emocionante forma de abordar el patrimonio”.
Vitoria-Gasteiz está en boca de todos y de todas. Lo está para bien. A nivel europeo. A nivel mundial. Y los y las gasteiztarras así lo debemos percibir. Orgullo de ciudad. Orgullo de superciudad.