ANTONIO, AGUR

03/10/2019 | Jose Antonio Suso

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ANTONIO, AGUR

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El colectivo social que acoge al mayor número de personas asociadas. Veintiún sedes a lo largo y ancho del territorio alavés. Son los datos que nos ha dejado sobre la mesa la inesperada marcha de  Antonio González Cabezudo tras 30 años de dedicación al frente de “Las Cuatro Torres”.

Esta semana hemos perdido un referente territorial. Una de las caras, probablemente la más visible, de uno de los colectivos más importantes de la sociedad: pensionistas, jubilados y viudas.

Durante tres décadas Antonio supo mantener vivo el sentimiento de aquel colectivo de personas mayores que en 1978 se unieron para poner el germen de la asociación que durante 40 años ha permitido a miles y miles de alaveses y alavesas desarrollar unas inquietudes prohibidas, por no permitidas en otro momento de sus vidas. Las amplias cristaleras del nº 8 de la gasteiztarra calle Prudencio María Verástegui, sede de la asociación, conforman un collage anunciador de actividades variopintas que van del llamamiento a cursos de riosoterapia, pintura, informática, teatro, cocina,… a la convocatoria de charlas de temática variada, a la cita para la celebración de campeonatos de juegos de mesa, al aviso de la última excursión de día organizada o a la sugerente escapada a otro punto del globo terráqueo. 

Hombre de carácter, González Cabezudo no se cruzó de brazos al recibir la última nómina. En el trabajo diario para “Las Cuatro Torres” encontraba el alimento para abanderar el impulso de la actividad entre el colectivo de las personas mayores de nuestra ciudad y del resto del territorio alavés. Todos los días a las 8 de la mañana llegaba a las oficinas. No había acto social al que dejara de asistir. No quiso incorporarse a las reclamaciones que algunas  personas jubiladas vienen realizando semanalmente al entender que no era uno de los objetivos de la asociación que presidía. Un organismo que entendía desde el ámbito lúdico, recreativo y didáctico.

100% reivindicativo a la par que hábil muñidor de acuerdos. Por casualidad escuche su voz el pasado viernes cuando llamaba a una responsable política  para contarle lo que le estaba pasando; muy preocupado por su propia salud y, a la vez, agobiado por las posibles repercusiones que esta situación podrían tener en la asamblea anual de Laguardia con asistencia de cientos de socios. Seguí  la evolución de su situación durante el viernes y el sábado hasta que fui informado de su irreversibilidad. En apenas una semana desde los primeros sistemas, nos dejaba para siempre un hombre de una vitalidad ejemplar, un ejemplo para todos. 

Desde Ostegunero , desde este blog semanal quiero agradecerte Antonio el trabajo realizado, convencido de que tendrá su continuidad en la misma línea que tú has desarrollado durante estos años. Sin mostrar afinidades políticas, sin tratar de buscar ventaja desde un posicionamiento partidista concreto y definido. Cargado de razones. Convencido y convenciendo con argumentos. Cercano. Carismático. Porte vigoroso. Y, ante todo, trabajador incansable.

Antonio González Cabezudo, agur eta ohore.