CIUDAD EN OBRAS, CIUDAD EN MARCHA
21/11/2019 | Jose Antonio Suso
En Vitoria-Gasteiz hemos sido capaces de naturalizar las obras, al menos algunas. Incluso nos hemos convertido en pioneros y referentes internacionales en la materia. Desde hace 19 años seguimos teniendo la oportunidad de ser testigos directos del “minuto a minuto” de las obras de restauración de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, la catedral Santa María, de la mano del proyecto “Abierto por obras”.
He de reconocer que no todas las obras son tan amables como esta. A día de hoy Vitoria-Gasteiz simultanea la ejecución de un buen número de proyectos de impacto que supondrán una importante regeneración de la ciudad.
Conjugar obras de calado como las que se están compaginando en el entorno de Los Arquillos, en Coronación con el SmartEnCity, al inicio de la Avenida con la renovación de un obsoleto colector de aguas, en Judimendi con la transformación de la plaza Médico Tornay, al sur con la extensión del tranvía o la instalación del Bus Eléctrico Inteligente (BEI), … suponen un importante ejercicio de organización para intentar atenuar la dosis de cabreo que en momentos determinados se puedan instalar en viandantes, conductores o residentes.
Quien más quien menos, en alguna ocasión, ha pedido a Santa Rita que esa obra necesaria para el hogar no le arrebate la paciencia innata. Con lo público, con lo que es de todos y todas, ídem. Necesidades que exigen soluciones. “Incordios” temporales que son sinónimo de avance y progreso. Vitoria-Gasteiz está en marcha. Camina para dotarse de esos elementos que la rebauticen como la superciudad a la que aspira ser, por tener mimbres y porque otros se están tejiendo.
Bien es cierto que en nuestra ciudad el nacimiento de cualquier proyecto (aun siendo trascendental, vital, urgente, conveniente,….) suele venir aparejado con voces críticas. Recuerdo algunas, muy subidas de tono, que se apagaron al término de la ejecución y la comprobación de las bondades de las intervenciones realizadas. Otras se reproducen miméticamente para cuestionar cualquier proyecto que se ponga sobre la mesa del consistorio gasteiztarra.
Esta misma semana la portavoz municipal del Partido Popular se posicionaba contra el BEI diciendo que las obras para su implantación iban a “destrozar Vitoria”. Ni más, ni menos. Argumento bífido.
Primero hacía referencia al BEI equiparándolo a la contundente pisada del caballo de Atila sobre lo green. En Vitoria-Gasteiz tenemos 115.000 árboles. Desde 2016 se han plantado 5.494 ejemplares nuevos. Disponemos de 10 millones de metros cuadrados de parques y zonas verdes. A cada gasteiztarra le correspondería un pequeño jardín de 40 m2.
La segunda vertiente del argumento denunciaba la pérdida de aparcamientos. Por el camino olvidó la necesaria autoexigencia que todos y todas tendremos que imprimir en nuestros hábitos de transporte dentro de una ciudad que aspira a mantener los excelentes indicadores en materia de contaminación urbana. Esto es, y en la medida de lo posible, dejar el coche aparcado en beneficio de un transporte público innovador y sostenible.
Pues sí, el PP está en contra del BEI como lo está con otros proyectos de ciudad, estancado en la política del no por el no. Otros le siguen la estela. Sin embargo, eso no les impidió colocarse en la foto de presentación del vehículo eléctrico puntero que unirá 14 barrios de la capital.
Frente a la crítica, frente a la negación, el equipo de gobierno municipal presenta hechos. A los ya comentados se sumarán en breve la creación de un parque intergeneracional y deportivo en Lakua (Connect-Ibailakua) o la reforma de la plaza de Los Guardias así como los ya proyectados zona de juego naturalizada en Zabalgana y las pistas deportivas en Aldaia. En computo global, un compromiso inversor de 100 millones de euros para los barrios de una Vitoria-Gasteiz que progresa.