167-165-18

09/01/2020 | Jose Antonio Suso

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Es la actual clave de seguridad del presidente Sánchez. Investido como tal el pasado martes tras un largo proceso de gestación en el que han pesado como una losa los auto-errores de estrategia y un cicatero protagonismo de la mayor parte de la oposición en posesión de una perspectiva que no ha ido mucho más allá de su propio ombligo. 167 votos favorables, 165 votos en contra y 18 abstenciones.

Hemos sido espectadores de tres sesiones parlamentarias en las que el gesto ha primado sobre el contenido programático del gobierno de coalición aspirante. Gestos políticos pre-programados para remover e intentar consolidar un ambiente social funesto con la utilización de la bronca al mejor estilo barriobajero. Todo vale para generar un caldo de cultivo tóxico en la probeta del laboratorio político. Lamentable. Ni siquiera queda lugar para la innovación. La derecha ya había utilizado esta estrategia para mover la silla a anteriores presidentes socialistas. La diferencia está en que ahora la derecha no es un bloque compacto. Pugna hacia fuera pero también hacia dentro. El presidente del PP retoma actitudes cuestionables por trasgredir la responsabilidad que se le exige o, al menos, se le debiera exigir. Casado vuelve a agitar desesperadamente ambos brazos para copar todo el espacio de las derechas sintiendo que en ese txoko no está sólo y sabiendo que los otros están a lo mismo que él.  Se exige examen de conciencia. No por aquello de que “el que anda con fuego, termina quemándose” sino porque quien anda con fuego puede provocar un incendio irreparable.

El pasado martes se abrió en el escenario español un tiempo para la esperanza en un momento de incertidumbre generalizado. Incertidumbre española. Incertidumbre europea. Incertidumbre mundial. Incertidumbre que exige gobiernos estables y da la espalda a la interinidad.

EAJ-PNV se ha acercado a ese escenario con confianza sabiendo de la necesidad de afrontar y dar solución a los viejos y nuevos retos que están sobre la mesa. Y ha actuado con responsabilidad. Dando un paso al frente. Convencido de que la única forma de gestionar nuestra realidad y abordar nuestros desafíos requiere ir cerrando frentes. El primero, el de la inseguridad que estaba dominando la situación española. EAJ-PNV ha dado estabilidad al barco en un momento de tormenta. Otros han preferido encerrarse en el camarote. Ver la jugada desde la barrera manteniéndose en la posición poco firme de la abstención. 

El apoyo de EAJ-PNV a Sánchez no es un apoyo incondicional. Está vinculado a un acuerdo firmado. Un acuerdo entre diferentes. Desde ya el presidente Sánchez tendrá que centrarse en cambiar esa clave de seguridad con unas cifras que expresen una mejora en el número de apoyos. Tendrá que procurar un incremento de los acuerdos entre diferentes. Y eso requiere de la apertura de nuevos mecanismos, de generar confianzas. Al resto le toca administrar prudencia y moderación.