HACIA LA “NUEVA NORMALIDAD”

“Mire hacia atrás y aprenda, mire hacia delante y planifique”. Una lectura reciente atribuía la frase al campeón mundial más joven de la historia del ajedrez, Garri Kaspárov. Utilizada en otro contexto y en otro tiempo la frase adquiere en estos momentos una interesante virtualidad.

Sexta semana de confinamiento.

Los indicadores sanitarios nos ofrecen un respiro. Entrecortado, temeroso, vacilante,…sí pero, a fin de cuentas, un respiro que nos aporta una mini-dosis de aire como sociedad sacudida por un virus que ofrece muchas incertidumbres y una única certeza sobre las consecuencias que le acompañan, dolorosas las ya palpables.

Sin echar las campanas al vuelo y si el Covid-19 no nos vuelve a contrariar, estamos ante las puertas de una nueva fase. La denominaré “fase DES”.

DEScenso mantenido en el tiempo de los datos sanitarios que nos indique un repliegue de la pandemia hasta su total sometimiento químico. Una particular prueba del 9 que faculte nuevos pasos.

DESescalada progresiva de las medidas restrictivas adoptadas por seguridad y prevención. Sabiendo que la situación nos seguirá requiriendo mantener prietas las filas para impedir nuevos focos de contagio. No es momento para aflojar la tensión en las medidas de protección. Autodisciplina.

DESconfinamiento paulatino que permita un incremento progresivo de la libertad de movimientos para lograr incorporar en nuestras vidas hábitos laborales y sociales de manera gradual. Apertura paulatina de comercios hasta una determinada superficie, caminar o practicar algún tipo de deporte al aire libre, siempre de forma individual, por ejemplo. Eso teniendo en cuenta que las próximas medidas no pueden estar huérfanas de prudencia y cautela para evitar rebrotes que pongan en apuros un sistema sanitario que en Euskadi ha sabido responder a este embate viral.

DEScentralización, una reclamación para que cada Comunidad Autónoma establezca los pasos a seguir acorde con sus propias realidades.

EAJ-PNV ha arrimado el hombro desde el primer momento en la búsqueda de soluciones contra la pandemia. Desde un posicionamiento propositivo y con sincera voluntad de diálogo y acuerdo. Aceptando la centralización de una competencia en manos de todas las Comunidades Autónomas y anteponiendo el bien común ante una crisis sanitaria sin precedentes en la que ha primado la salud de las personas. Existe constancia de que otros modelos son posibles. Así ocurre en Alemania con sus Lander donde el control de la pandemia tiene unos resultados excelentes. Quienes quieren poner en valor el sistema centralizado lo harán por otro tipo de motivaciones; por cuestiones de efectividad, no. 

El camino conjunto andado no ha estado exento de planteamientos diferentes. Lo anormal hubiera sido lo contrario. Pero también hubiera gustado encontrar una mayor coordinación y una menor improvisación por parte de un gobierno que se siente cómodo en su papel recentralizador. Hoy la fotografía estatal del coronavirus presenta diferentes tonalidades según Comunidades, Territorios o, incluso, ciudades y pueblos. Adoptar medidas desde la cercanía siempre ha sido el remedio más certero. Adoptemos la asimetría. Soluciones singulares para situaciones singulares. Soluciones a medida por parte de quienes trabajan sobre terreno.

Las primeras medidas de la “fase DES” se harán visibles coincidiendo con las fiestas patronales de Araba en honor a San Prudencio y a la Nuestra Señora de Estíbaliz. Por segundo año consecutivo la celebración será diferente aunque los contextos sean incomparables. No tendrán el sabor electoral del 2019. En esta ocasión los perretxikos y los caracoles se alejan de los fogones de las sociedades gastronómicas para recluirse en la intimidad del hogar familiar, si es el caso. Los sones de retreta se trasladarán a balcones y ventanas. Salvo esto lo más cerca que estaremos de la fiesta será de manera virtual. Con tiempo, en algún momento de la jornada, para recordar a las personas fallecidas a causa del coronavirus y acompañar en su luto a familiares y amigos.