ASÍ, NO
04/06/2020 | Jose Antonio Suso
Auguraban cambios para la época postcovid. Puede que los haya pero no en el “gallinero político” español donde las aguas, que ya venían bastante revueltas, amenazan con convertirse en soberbio remolino dispuesto a engullir lo que haga falta sin consideraciones previas.
En los pasillos, desde el escaño o desde la tribuna, en las Cortes Generales españolas se implanta un macarrismo dialéctico carente de sordina. Lo del rifi-rafe se queda corto. Y lo mismo surge sobre unos “Blahnik” con tacón de 12 centímetros que de quien porta maletín ministerial con letras grabadas en oro sobre piel genuina de Ubrique.
Una vergüenza para muchos de los que compartimos inquietudes en el ámbito político y, como servidores públicos, adquirimos un compromiso social con las personas que han depositado una papeleta en las urnas con nuestro nombre impreso.
Elevo el calificativo a execrable porque esa impostada subida de tono en los discursos, con insultos y descalificaciones, trasgrede el luto oficial por las víctimas del coronavirus mostrando una indignante falta de sensibilidad y de respeto con las cerca de 30.000 personas muertas en el Estado español así como con sus familiares y sus allegados.
Así, no. De esto no va la política. El fin no siempre justifica los medios. Existen barreras infranqueables. Líneas rojas que no se debe traspasar. Ni se debe amordazar la tarea de oposición ni se puede utilizar la enfermedad para desgastar al adversario político. Es del todo inmoral. En un momento de pandemia mundial con unas repercusiones económicas de envergadura, toca arrimar el hombro por una cuestión de responsabilidad individual y colectiva.
No es la primera vez que el Partido Popular se emplea a fondo en esta escalada de la crispación. Está en su manual de politología. Apuesta el todo o nada a incrementar el ruido político a volúmenes inasumibles para desmovilizar al electorado contrario con la vista puesta en las siguientes elecciones. Aunque hay quien dice que no han conseguido asumir la pérdida de las elecciones en dos ocasiones consecutivas. En cualquier caso, y más ahora con la irrupción de Vox en el escenario político comiéndoles parte de la tostada, todos los medios al alcance son válidos se traten o no de auténticas bombas de relojería. No en vano la estrategia se coordina con la promoción de movilizaciones populares en las calles y en redes sociales con campañas mediáticas propias o anónimas pero todas encaminadas en la misma dirección. El “váyase, señor González” de José Maria Aznar forma parte de ese método, idéntico al empleado con Zapatero en sus dos legislaturas.
Con otra frecuencia y diferente sonoridad, el Partido Popular trata de importar e implantar en la vida institucional vasca y alavesa la misma estrategia ataviada con vistosos ornamentos demagógicos con que ocultar sus propios defectos. Para muestra lo ocurrido ayer en Juntas Generales de Araba. Pero al PP se olvida lo fundamental: ponerse la ropa. Y eso no es otra cosa que tener voluntad política para proponer y para acordar. En estos momentos, toca estar a la altura de las circunstancias y demostrar que la política sirve.