Se producen los primeros logros sanitarios sólidos en la lucha contra la Covid-19. Se llama dexametasona, un habitual en el botiquín de los montañeros de altura. Un fármaco común, barato y accesible que, según descubren fiables estudios clínicos,  posee la gran virtud de reducir el riesgo de muerte entre las personas enfermas más graves.

Una buena noticia para la sanidad como lo es para la recuperación económica y la generación de empleo la inyección de 140 millones de euros que el gobierno Urkullu ha anunciado esta semana. Se ponen en marcha cuatro programas que propiciarán la creación de puestos de trabajo. 42 millones se destinarán para que los Ayuntamientos desarrollen sus propios planes locales de promoción de empleo. 66 millones estarán dirigidos a la formación, diagnóstico y asesoramiento personalizado de personas desempleadas para facilitar su inserción laboral. 2,3 millones se destinarán a la preparación de jóvenes que podrán simultanear sus estudios de formación profesional con un trabajo práctico. Los últimos 30 millones de este nuevo paquete de ayudas se emplearán en mejorar las capacidades de las y los trabajadores en activo.

Responsabilidad y colaboración. Los dos ejes de actuación de nuestras instituciones desde que el letal microorganismo se coló en nuestras vidas. Responsabilidad para afrontar una situación desconocida en la que no se vieran minados los servicios esenciales de salud, educación y protección social. Colaboración para revertir el escenario pandémico dando respuesta a sus daños, los directos y los indirectos.

En esta clave se han movido el Gobierno Vasco, las Diputaciones Forales y los Ayuntamientos vascos que, desde el primer momento, aprobaron sus planes de choque para dar respuesta a las necesidades que se generaban con carácter de urgencia.  

Ahora el ejecutivo Urkullu y los máximos responsables forales vuelven a darse la mano para diseñar una estrategia coordinada que ofrezca una respuesta global a medio y largo plazo. Un plan conjunto que han bautizado con el nombre de “Guztiok bat” y que recoge medidas para impulsar la creación directa de nuevos empleos y reactivar los diferentes sectores económicos.

Colaboración como antónimo de “mando único”. Cooperación frente decretazo. Una manera diametralmente opuesta de hacer política la que se practica en Lehendakaritza y en La Moncloa. Frente a un modelo bilateral, como piedra angular de nuestro modelo de Concierto Económico,  se aplica el reparto unilateral de los fondos para compensar el gasto extraordinario de las Comunidades Autónomas por la pandemia. 

Una nueva actuación con claro tinte recentralizador que araña a nuestro autogobierno. Con nitidez podemos enumerar a aquellos partidos políticos que se colocan en estas posiciones negando, con desparpajo demagógico si tienen el foco mediático puesto, al Estado Autonómico español que avala su sacrosanta Constitución. PP, Ciudadanos y Vox se alinean en estas posiciones. Luego están los que comparten con hechos, a la chita callando, el mismo criterio. Son los partidos que conforman el gobierno español de coalición: PSOE y Podemos. Dejan en mala posición a sus compañeros de partido en Euskadi, que se mantienen en silencio cuando toca defender los intereses vascos.

Y aunque parezca que la vida sigue igual en unas horas estrenaremos la “nueva normalidad”, sin estado de alarma. Se levantarán prohibiciones al tiempo que se seguirán manteniendo por prudencia algunas limitaciones impensables en la era precovid. Guztiok bat. Esto sigue siendo cosa de todos y de todas. Y nuestras manos siguen albergando la responsabilidad personal e intransferible de mantener en alto el escudo antiviral que conforma la suma de uso de mascarilla, distancia social e higiene de manos.