Teníamos asumido que este año celebraríamos la noche de San Juan con una hoguera imaginaria en la que purificar las circunstancias que está acarreando esta pandemia global y, a la par, abrir las puertas a un futuro en el que la palabra –reconstrucción- tome su sentido más profundo.

Un año atípico con una convocatoria electoral que se desarrollará en un marco atípico en la que mediará una campaña atípica o, si prefieres denominarlo de otra manera, sujeta a lo que se llama “nueva normalidad”.

En unas horas dará comienzo la campaña electoral que nos llevará a las urnas el día 12 de julio. Quienes enarbolamos la bandera de EAJ-PNV en Araba contamos con el plus de presentar una candidatura encabezada por quien representa la esencia de la estabilidad. Un Lehendakari, Iñigo Urkullu, que ha desarrollado en estos últimos años una acción política sólida con resultados positivos para el País.  

Pero tuvo que venir una partícula diminuta hasta la invisibilidad con la intención de hacerse fuerte en nuestra salud, primero, y en nuestra economía, después sin solución de continuidad. Estas elecciones van a permitir contar un Parlamento y un Gobierno que ponga en marcha la recuperación de la economía y del empleo. Un nuevo Parlamento y un nuevo Gobierno que aprueben y desarrollen unos presupuestos acordes con las prioridades que se precisen para volver al mismo peldaño en el que nos encontrábamos. Un Parlamento plenamente operativo y en marcha. Un Gobierno dotado de todas sus herramientas, capacidades y recursos operativos. Ambos trabajando por y para un País en modo on.

Arrancamos la campaña con dos actos llenos de simbolismo en torno dos seguridades: Euskadi “está en pie” y entre todos “saldremos” adelante como en ocasiones anteriores. Ayer tarde el Palacio Euskalduna sirvió de escenario para presentar el contenido del programa electoral de EAJ-PNV. Algo más de 400 páginas que resumen la declaración de intenciones de ese nuevo gobierno Urkullu, si así lo desea la ciudadanía vasca el 12J. El segundo acto, el propio arranque de campaña, se desarrollará este año en Gernika.

Dos símbolos. El Euskalduna, una alegoría de la reconversión, de la recuperación, de la reconstrucción de una Euskadi vapuleada por la brutal crisis económica de los años 90. De las ruinas siderúrgicas resurgió el moderno centro de convenciones y cultura del nuevo Bilbao. Y Gernika, símbolo de autogobierno vasco en un día en el que se formaliza la trasferencia de tres nuevas competencias a Euskadi. Y lo es por el trabajo de EAJ-PNV a favor del cumplimiento integro estatutario y a pesar de las tentaciones recentralizadoras de los gobiernos de Madrid. El gobierno Sánchez también ha caído en las redes de la centralidad y, durante la crisis sanitaria, ha intentado aprovechar la situación para restar competencias a Euskadi.

Todos los estudios sociológicos realizados ofrecen unos buenos resultados electorales para EAJ-PNV. Son previsiones. La última palabra la tiene el electorado vasco el domingo 12 de julio. Como candidato os traslado el compromiso de EAJ-PNV para seguir trabajando sin descanso para levantar este País, redirigiéndolo hacia sendero de la recuperación económica y social y recolocándolo en las mismas posiciones conseguidas en los últimos años.