DIÁLOGO Y UNIDAD
10/09/2020 | Jose Antonio Suso
Comienzo del curso escolar.
Comienzo del curso político.
Comienzo de los trabajos agrícolas de recogida de la cosecha.
Comienzo de la puesta de largo de los escaparates con la moda otoño-invierno.
Comienzo de la competición deportiva profesional.
Comienzo de la nueva programación en radios y televisiones.
El virus sigue presente entre nosotros. Pero no puede obligarnos a renunciar a mantener una vida más o menos normalizada en la que, un año más, se reproducen los típicos tópicos del mes de septiembre. Eso sí, de otra manera. Extremando precauciones sanitarias desde la responsabilidad individual.
El coronavirus también condicionó el comienzo de andadura del nuevo ejecutivo vasco. No sólo por el continente, es decir, por una inusual puesta en escena en los jardines de Ajuria Enea para la ´enmascarillada´ toma de posesión de las 11 consejeras y consejeros que acompañarán al Lehendakari Urkullu en el ejercicio de gobierno. También por el contenido, que no es otro que el de una legislatura que, ya se sabe de antemano, será muy complicada.
El objetivo del nuevo Gobierno está marcado. Nítido. Contener el virus y rehacer un País tocado a nivel social y económico por la pandemia.
Tanto el Lehendakari Urkullu como su equipo de gobierno coincidieron en su primera intervención en trasladar una idea central: la necesidad de mantenerse unidos para afrontar la emergencia del momento. Unidad para garantizar los servicios esenciales. Unidad para impulsar la reactivación económica. Unidad para generar oportunidades de empleo. Unidad para actualizar y fortalecer el autogobierno vasco. Mano tendida a todas las formaciones políticas con representación parlamentaria para garantizar un nuevo futuro para Euskadi. Desde la diversidad por el bien común con el diálogo como herramienta de trabajo.
En el pleno de investidura de Iñigo Urkullu como Lehendakari la oposición mostró sus cartas. Hubo quienes recogieron el testigo de la colaboración con mayor o menor vacilación. También quien mostró el colmillo retorcido dispuesto a mantenerse instaurado en la política de la obstrucción desde el escaño o en la calle; aplaudiendo, cuando no, propiciando protestas sindicales de reincidente tendencia huelguista. Huelga como la convocada para la próxima semana en el ámbito educativo. Huelga que sólo perjudica al alumnado y a sus padres-madres en un inicio de curso en el que Gobierno Vasco y centros educativos han puesto mucho trabajo, empeño y esperanza para que todo se desarrolle en condiciones optimas.
El nuevo Gobierno Vasco ha sellado su contrato con la sociedad vasca. Este será un gobierno cercano que escuche, atienda y sume para responder a las necesidades de la sociedad vasca. Un gobierno comprometido con el presente y futuro de todas las personas, con el presente y el futuro de Euskadi.