NUEVO PASO HACIA LA NORMALIDAD
24/06/2021 | Jose Antonio Suso
Hoy el Consejo de Ministros y Ministras pondrá fin parcial a una de las medidas que tomó en el primer repunte de la pandemia. Aquella que nos obligaba al uso de la mascarilla en espacios interiores y exteriores.
En aquel momento asociábamos el uso de la mascarilla al ámbito sanitario y, en algunos casos, al industrial. Tras trece meses de uso obligatorio el `cubrebocas` se ha convertido en el icono de la protección ante la covid-19, pese a las dudas iniciales sobre su influjo protector.
Ha sido la única medida que se ha mantenido vigente en todo este periodo de tiempo, ola va-ola viene, por encima de toques de queda y restricciones a la movilidad. Así nos hemos convertido en expertos y expertas, máster acelerado en mano, sobre tipología de mascarillas (quirúrgicas de un único uso, higiénicas reutilizables o no, autofiltrantes FFP1-FFP2-FFP3 con o sin válvula,..) y su uso adecuado para evitar una pérdida de eficacia.
Es más, la mascarilla pronto se convirtió en un complemento de moda más, asociado a cada look particular, con estampados y tejidos variados. Emergió en sociedad la mascarilla prêt-à-porter o, tratándose de mantener la exclusividad de las pasarelas, la mascarilla de alta costura.
Durante este año largo y con el paso de las estaciones hemos descubierto los beneficios colaterales de la utilización de la mascarilla para prevenir la gripe o para eliminar los efectos de las alergias primaverales, cuya incidencia ha pasado sin pena ni gloria gracias a este elemento protector.
Desde este sábado nuestras caras vuelven a ser visibles en espacios abiertos y siempre que podamos mantener las distancias de seguridad. Los datos lo soportan. En Euskadi estamos cerca de alcanzar una incidencia acumulada de 100 casos por 100.000 habitantes. La ocupación de las UCIs ha pasado a situarse de los 195 casos en los primeros días de mayo a una cuarentena. Hemos superado el 62% de personas vacunadas con una dosis y el 42% de quienes han completado la pauta completa.
Entre el “poder quitar” y el “tener que quitar” hay un abismo. Las vacunas previenen el desarrollo grave de la enfermedad pero no impiden la infección y la transmisión del virus a personas indefensas. Al menos, hasta alcanzar la inmunidad de rebaño. Ahí está la variante delta que ha puesto las orejas tiesas a países que parecían ir un paso por delante.
Debemos mantener la cautela, evitar situaciones de riesgo y utilizar las mascarillas como las autoridades sanitarias nos propongan. Científicos y sanitarios coinciden en situar el 90% de los contagios en espacios cerrados. Salvo quienes han optado por utilizar la protección a modo de pajarita para evitar la multa, la mayor parte de la población seguirá con rigor y seriedad las recomendaciones como lo han hecho durante todo este tiempo.
Está en juego nuestra salud y también nuestra economía. Es hora ya de vencer al virus y volver a una vida más normalizada. Todo ello pasa por seguir conduciéndose con responsabilidad. El sentido común sigue siendo necesario.
Desearos un feliz verano. El blog volverá en septiembre con nuevos artículos y nuevas reflexiones. Salud para todos y todas.